
El
Los restos del político y periodista Fabrició Ojeda, mártir de la democracia venezolana, fueron llevados ayer al Panteón Nacional en medio de una multitudinaria marcha chavista, justo cuando se celebran 59 años de la caída del Gobierno de Marcos Pérez Jiménez, que supuso el fin de la dictadura.
El féretro de Ojeda, muerto en 1966, fue llevado a solicitud del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) desde el Cementerio General del Sur hasta el Panteón Nacional, donde se conservan los restos de personajes destacados de la historia del país, entre ellos el del prócer independentista Simón Bolívar.
Ya en el Pateón Nacional, el presidente Nicolás Maduro entregó la Orden Libertadores y Libertadoras de Venezuela en su primera clase, post mortem, a Ojeda, durante el acto de homenaje. El jefe de Estado entregó además el sable victorioso de Carabobo perteneciente al general en jefe, Rafael Urdaneta, a la hija del líder socialista, Thais Ojeda, como honor a la destacada trayectoria de Fabricio en su lucha por la Revolución en Venezuela.
“Fabricio Ojeda es uno de los líderes más valiosos y brillantes del siglo XX. Era un hombre sencillo del pueblo”, dijo Maduro, quien convocó para el próximo 1ero de febrero un desfile cívico-militar en celebración a los 200 años del nacimiento de Ezequiel Zamora.
El traslado de los resto de Ojeda se inició en el cementerio público de la capital venezolana, donde acudió el vicepresidente venezolano, Tareck El Aissami, y el diputado chavista y vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello.
“Que la fuerza, el valor, el amor por la Patria, la entrega de Fabricio Ojeda sean banderas de lucha de la Revolución Bolivariana y Chavista”, indicó Cabello horas antes del acto.