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Consulta, diagnóstico, tratamiento y recuperación. Estas son las fases por las que millones de pacientes oncológicos pasan, por desgracia, son muchos los que no llegan hasta la cuarta. Desde el inicio el miedo y la tristeza se apoderan de cualquiera que tenga que cargar con la trágica prescripción, desde ese momento el apoyo constante de la familia marca la diferencia y define, en muchos casos, si la persona llega hasta a una feliz recuperación.
La Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), asegura que la forma en las que los pacientes son tratados por sus familiares contribuye a la mejoría de su estado emocional, lo que evita episodios depresivos que puedan dañar su capacidad de respuesta al tratamiento y bajar sus defensas a puntos peligrosos.
SAV en su página web, enfatiza la importancia del comportamiento positivo de las personas cercanas al paciente desde el diagnóstico. Si bien es cierto que la enfermedad es sumamente agresiva de acuerdo a su tipo, atenderlo desde las primeras etapas garantiza una alta posibilidad de recuperación, por lo que los familiares no deben tener miedo y perder las esperanzas.
Controlar las emociones negativas y no dejar que afecten directamente al paciente es una de las recomendaciones que destacan. Asimismo se debe confiar en las radioterapias, quimioterapias o de ser necesarias las intervenciones quirúrgicas.
Cuidados
Los médicos recomiendan que la persona asignada al cuidado del paciente debe adaptarse a sus necesidades en cuanto a horarios y prepararse emocionalmente para tolerar los cambios de humor generados por las delicadas circunstancias que vive este. Un trato amigable y capacidad para escuchar las exigencias beneficiará a ambas partes, aun cuando es normal que el cuidador se sienta afectado, triste y frustrado.
De necesitar espacio para pensar y despejar sus emociones es completamente válido acudir a un psicólogo o psiquiatra, destacando que es importante encontrar estable para ser de apoyo para el familiar en tratamiento.
Tras el tratamiento
La Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV) recomienda que una vez finalizado el tratamiento, el paciente está en la obligación de acudir a consultas médicas periódicas y acatar las indicaciones de los profesionales. Por otra parte en el proceso de reintegración a la vida cotidiana, los familiares deben proceder con cuidado, de acuerdo con la patología presentada por el familiar habrá actividades que deben ser evitadas y depende de ellos que la integración a su antigua rutina sea progresiva y adecuada.
– Estar atentos a la pérdida del apetito, largas jornadas de sueño y descuido de la higiene personal.
– Fomentar visitas de seres queridos.
– Pedir orientación de un psicólogo o un psiquiatra.
– Describirle soluciones que encuentres para resolver los problemas.
– Tratar de reincorporar al paciente a su vida cotidiana conforme a las indicaciones del médico.