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Venezuela necesita ir al próximo proceso electoral decidida a votar contra el miedo. “No tengáis miedo”, le dijo el Papa Juan Pablo II a los cubanos cuando visitó la Isla. Por eso la Mesa de la Unidad tiene que saber que va a un proceso donde ya no es de igual a igual. Una aplastante mayoría está esperando diciembre para sacudirse el Nicolato. Por eso debe haber una sola consigna: contra la dictadura votemos unidos.
Tres frases extraídas de la historia política de la Venezuela del siglo XX, pueden servir para orientar el porvenir. La primera de ellas atribuida al General Eleazar López Contreras de “calma y cordura”, debe significar hoy, que no podemos ir a los años venideros a ensayar gobernabilidad. El próximo jefe del Estado debe ser un hombre sin los voluntarismos del chavismo, debe ser un líder maduro que escuche a todos y que repiense cada acto de gobierno. No podemos permitirnos repetir la experiencia brasileña con Fernando Collor de Melo.
En el estreno de Isaías Medina Angarita en el poder al decir “díganme si hay un exiliado para mandarlo a buscar, díganme si hay un preso político para mandarlo a soltar, porque en Venezuela nos necesitamos todos”, esta es otra clave para interpretar el nuevo momento. En Venezuela nos necesitamos todos. El próximo Presidente debe mandar con los mejores, con todos los sectores, hay que propiciar el regreso de la inteligencia que se ha ido a otras latitudes, perseguida por la falta de oportunidades de trabajo, políticamente y por la falta de estímulos de todo género.
Se impondrá la convocatoria posterior a un proceso constituyente. El descalabro al que llevó a Venezuela Hugo Chávez y el militarismo alcahuete, debe ser corregido legalmente. Jóvito Villalba en sus días de profesor de Derecho Constitucional se mostró partidario de establecer en Venezuela la no reelección, como lo tiene la Constitución mexicana. Luis Herrera Campins, un presidente que con el tiempo valorara mejor la historia, al proponérsele una nueva candidatura llegó a decir “líbreme Dios de lo que he sido”. La experiencia en el siglo XIX siempre fue negativa en materia de reelecciones. Y recientemente con la segunda presidencia de Rafael Caldera tuvimos un gobierno sin norte, que de alguna manera favoreció el regreso de los militares al poder. No queda otra: “necesario es vencer”. Es el nuevo amanecer.