El
El presidente estadounidense, Donald Trump, llamó ayer a los líderes árabes y musulmanes reunidos en Riad a “expulsar” a los terroristas de sus países.
Durante la cumbre árabe-islámico-estadounidense que se celebra en la capital de Arabia Saudí, Trump se mostró dispuesto a formar una alianza con los países islámicos para exterminar el extremismo, señaló DPA.
Los países árabes deben garantizar “que los terroristas no encuentren un lugar seguro en sus territorios nacionales”, dijo el presidente estadounidénse. “¡Expúlsenles!”, les exhortó.
Trump pidió a los países musulmanes a rehusar ser “santuario de los terroristas” y anunció un acuerdo con los países del Golfo para luchar contra la financiación del “terrorismo”.
El presidente norteamericano lanzó este exhorto en la capital saudí ante representantes de medio centenar de naciones musulmanas, entre los cuales 37 jefes de Estado o de gobierno. Asimismo, se declaró portador de un mensaje de “amistad, esperanza y amor”.
Trump responsabilizó a Irán de desestabilizar la región de Medio Oriente y lo acusó de apoyar “los indescriptibles crímenes” del presidente sirio, Bashar al Assad.
“Todo lo que está ocurriendo en Siria es culpa del régimen iraní”, aseguró Trump en un discurso ante 55 líderes de países musulmanes en la capital de Arabia Saudí.
Señaló también que todas las naciones tienen que “trabajar para aislar a Irán y sus fondos que financian el terrorismo”.
Una batalla entre el bien y el mal
Cree que en la cumbre en Riad comienza un nuevo capítulo en las relaciones con el mundo islámico y aseguró que la guerra contra el terrorismo es “una batalla entre el bien y el mal”.
Aseguró traer un mensaje de “amistad, esperanza y amor” y dijo que no estaba allí para aleccionar a otros sobre su fe y estilo de vida.
En lugar de eso, Estados Unidos quiere “ofrecer colaboración -basada en intereses y valores compartidos- para buscar un futuro mejor para todos”, indicó durante la cumbre árabe-islámico-estadounidense.
Aseguró que la guerra contra el terrorismo no es una lucha entre distintas creencias sino “una batalla entre el bien y el mal”.
“No es una batalla entre diferentes fes, diferentes sectas o diferentes civilizaciones”, dijo el mandatario. “Es una batalla entre criminales bárbaros, que quieren aniquilar la vida humana, y personas decentes de todas las religiones que quieren protegerla. Es una batalla entre el bien y el mal”.