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Elmar Pelekai, residente del sector y primer afectado, porque el boquete esta frente a su casa, manifestó que “ya tenemos cuatro semanas con esta situación al punto que tuvimos que trancar la calle, porque por acá pasan vehículos pesados y no sabemos la debilidad del pavimento que podría crear un mal mayor”.
De acuerdo a vecinos, esta es la cuarta ocasión que sucede la rotura con el socavamiento de la calle y sus temores aumentan porque se tardan demasiado en solucionar el problema.
José Bracho, habitante y afectado, explicó que está “preocupado por que ahora se unió el agua blanca con la negra y el gas metano que no llega bien a las casas y se vé como también se despilfarra. Esto es una calamidad”.