Edwar José Díaz Urdaneta dejó un rastro de sangre y cometió otros crímenes en al menos siete municipios de la Costa Oriental del Lago
Luis Fernando Gómez Hernández, apodado el “Curri” y Edwar José Díaz Urdaneta eran dos de los sicarios más buscados en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo y ayer una comisión de la Policía científica dio con su paradero en un barrio de Cabimas. Los delincuentes estaban decididos a no ir a prisión y por eso recibieron a los uniformados a punta de disparos apenas vieron que se aproximaban a su guarida.
Hernández y Díaz, principalmente el último, eran los presuntos asesinos de confianza de Albis Cepeda, mejor conocido como el “Puchungo”, quien es activamente buscado por los organismos de seguridad por ser la mano derecha de alias el “Puchungo”, lugarteniente del clan Meleán. Además los vinculan con otros delitos como la extorsión, el robo y hurto de vehículos.
La Policía informó que Díaz dejó un rastro de sangre y cometió otros crímenes en al menos siete municipios de la Costa Oriental del Lago. Estaba entre los homicidas más buscados en el municipio Santa Rita, pero también existe información que lo ubica delinquiendo en Maracaibo. Lo buscaban desde hace par de años, pero siempre logró superar, por un paso a los diferentes organismos policiales que estaban tras él.
El tiroteo
La inteligencia rindió sus frutos ayer. A las 10.30 de la mañana, las unidades del cuerpo detectivesco salieron a buscar Hernández y Díaz. Media hora después entraron al sector Panamá de Cabimas y al cruzar por la calle 2 vieron a Díaz salir de una vivienda. La voz de alto, de uno de los funcionarios, no se hizo esperar y la respuesta del delincuente tampoco. Este disparó antes que el policía terminara de gritar la orden.
El intercambio de disparos no duró mucho. La Policía superaba en número a los dos supuestos homicidas y a pesar de que estos estaban en mejor resguardo, cayeron heridos ante los agentes de la ley. Los mismos funcionarios trasladaron a los maleantes al ambulatorio El Lucero donde los médicos de guardia intentaron salvar la vida de ambos, pero Díaz murió primero y su compinche falleció un minuto después.
En el sitio del tiroteo, los investigadores recolectaron como evidencia un revólver, una escopeta y una moto negra que los sicarios usaban para cometer sus crímenes. Los cuerpos fueron trasladados hasta la morgue del Hospital de Cabimas para practicarle la necropsia de ley.
Con el deceso de Hernández y Díaz la banda del “Puchungo” sufre un nuevo golpe. El primero ocurrió el año pasado cuando Elionel Jesús Valbuena (28), alias el “Sapo”, cayó en un enfrentamiento con la Policía al intentar extorsionar al dueño de un camión. Ese mismo día detuvieron a Rafael Pirela y Jesús Valbuena, quienes se entregaron al verse acorralados por los funcionarios.