Desde
Este artículo lo escribí unos días antes de realizarse las elecciones para gobernador, por lo que no sé quién resultó electo. Lo que sí sé es que se debió imponer el regionalismo zuliano y el pueblo se decantó por la persona que consideró más idónea para ocupar el cargo. Desde esta tribuna saludo al vencedor y envío mi abrazo solidario a quien se quedó en el camino. Así es la democracia.
Al gobernador electo de manera democrática, hay que facilitarle su labor; allanarle el camino para que cumpla sus promesas electorales. Es su derecho; pero también es nuestro deber plantearle demandas y exigir su cumplimiento. Alertarle cuando se desvíe de la ruta trazada y haga rendiciones de cuenta de manera periódica. Transparentar su gestión.
La importancia de la rendición periódica de cuenta no estriba en el despliegue de propaganda que satisfaga egos o un capricho. Ni siquiera porque la normativa legal lo exige. No, se trata del ejercicio de la responsabilidad y del compromiso con sus electores y los que no le votaron, también. Es rescatar la confianza de los ciudadanos en una institución que debe salvaguardarse de la noche oscura de la demagogia y el populismo; de la hegemonía cuartelaría.
Si bien la elección del gobernador se dio en un ambiente tenso, de desconfianza; de expectativas crecientes y esperanza cifrada en la conciencia política de los ciudadanos, la alta participación legitima al gobernador y reclama su atención a la continuidad del proceso de reinstitucionalización, para el retorno en el menor tiempo posible a la democracia y dejar atrás un modelo político-económico en el que se desperdició la oportunidad de mejorar la calidad de vida de la población.
La democracia ese ideal siempre en construcción que ha de ser promovido y creído (Giovanni Sartori, 1991) plantea un real desafío al gobernador: el rescate de la credibilidad y la eliminación del culto a la personalidad, causal de contaminación ambiental. Desgraciadamente, hemos tenido que transitar un duro camino para entender que la democracia es “mucho más que un régimen de Gobierno. Es más que un método para elegir y ser elegido. Su sujeto (…) es el ciudadano” (Pnud, 2004).
En este contexto, confiamos en que el gobernador electo buscará el diálogo con las diferentes organizaciones de la sociedad civil para, de manera conjunta, encontrar solución a los problemas que aquejan al Zulia. Como le dijimos durante su visita a nuestra universidad, en LUZ estamos prestos a darle el apoyo necesario para que se devuelva el sosiego, la paz y el progreso a esta sufrida tierra.