“Un día nos vamos a ir todos por la cañada”

El pavimento de la avenida 127 que divide el sector Brisas del Sur y Bello Monte de la parroquia Manuel Dagnino está a punto de desaparecer. La cañada La Frontera que atraviesa la calle, mantiene desde hace tres años en vilo a más de dos mil familias que viven al borde y que poco a poco cede y se come la mitad de la calle

La cañada la frontera socava la avenida 127, desde hace tres años, en el sur de la capital zuliana. Con el paso de los años la quebrada no solo socavó los cimientos de las casas cercanas a ella, sino que también en pavimento. “Aquí ya no queda calle, un día nos vamos a ir todos por la cañada”, aseguró Leydis Montilla, quien tiene un abasto al lado del torrente y aún se le eriza la piel al recordar como la vivienda de una de sus vecinas “se la trago la cañada”.

La joven madre, quien vive al fondo de la tienda con su mamá y sus dos niños, teme por su vida, sobre todo cuando llueve porque el agua pierde el cauce y se desborda hasta formar una laguna que abarca casi una cuadra. 

La inconsciencia de los vecinos de las invasiones aledañas todo lo lanzan al cause y empeoran la situación. José Luis Rodríguez, uno de los vecinos, denunció que el río de aguas negras no puede drenar por la cantidad de basura que la gente lanza. “Lavadoras viejas, televisores, colchones, de todo tiran ahí, entonces nosotros pagamos 50 mil bolívares para que nos ayuden a destaparla”.

Peligro

Rodríguez dijo que en lo que va de mes diez vehículos cayeron en la quebrada durante la noche por la falta de alumbrado público y señalizaciones de seguridad. “Los fines de semana es peor, a veces nos tenemos que parar a las 11.00 de la noche o 2.00 de la madrugada a ayudar a la gente que se cae”. El último chofer terminó al fondo del hueco “casi no la cuenta”. Relató que a bordo iba una mujer embarazada que casi pierde la vida.

El hogar del hombre se inunda cada vez que llueve. Lamentó que con el último aguacero que cayó sobre la ciudad varias gallinas se le ahogaron porque el agua alcanzó casi un metro de altura. Sobre el bahareque lo divide la cañada, fue tajante: “yo espero que se caiga esa pared y todo esto se hunda, porque no tenemos más para dónde agarrar”.

Luis Villamizar, otro afectado, comentó que los hombres de la comunidad se pusieron de acuerdo y con picos y barras se metieron a limpiar, pero quienes viven en la invasión “Los Ranchos”, no colaboran y echan todo ahí. “El olor es insoportable, uno tiene que encerrarse porque los zancudos y las ratas, que parecen conejos, se meten en las casas”. Los vecinos hicieron un llamado a los entes pertinentes para que atienda la situación de La Frontera. 

Javier Alarcón, presidente del Instituto Municipal del Ambiente, dijo que desde hace año y medio el Gobierno nacional no le aprueba a la Alcaldía de Maracaibo recursos para embaular quebradas, sin embargo Alarcón se comprometió a realizar la inspección de la zona, esta semana, para iniciar la limpieza manual con la ayuda de los “salserines” y en segundo término introducir el proyecto para asegurar el cauce. 

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