La bala que recibió el presunto delincuente le entró por el pulmón y le salió por el corazon. Murió minutos después de ser ingresado en un centro asistencial
Una carrera contra la muerte dio ayer a las 8.00 de la noche José Gregorio González, de 28 años, cuando un funcionario de Polisur presuntamente lo interceptó en plena avenida del sector Rafael Urdaneta II, barrio El Samide; mientras circulaba con su moto. Según los familiares del joven, el efectivo descargó el arma de fuego en reiteradas oportunidades contra él dejándolo casi muerto.
Antes de producirse el asesinato, la víctima recibió una llamada de un familiar avisándole que su abuela estaba enferma y lo necesitaba. Al escuchar la noticia, José Gregorio salió rápidamente de la frutería donde trabajaba, subió a su moto y emprendió un viaje sin retorno; justo en la entrada del barrio El Samide un funcionario de la Policía de San Francisco lo abordó solicitándole que bajará de la moto, pero se negó rotundamente; así lo relataron los familiares del occiso.
“Conocía a ese hombre, era un vecino del sector, se valía de su rango para amedrentar a la comunidad, efectuando disparos a diestra y siniestra cuando le daba la gana”, comentó una de las hermanas de la víctima. Cuando el policía le pidió que se bajara, José Gregorio aceleró, inmediatamente comenzaron a escucharse las detonaciones, el oficial sacó el arma de reglamento y disparó ocho veces, ninguna de las balas repercutidas alcanzó al joven; sin embargo, el nerviosismo lo hizo estrellarse contra un poste de luz.
Al observar cómo caía al pavimento, el funcionario corrió para asegurarse del estado en el cual se encontraba, al percatar que la víctima estaba consciente y que ninguna bala lo alcanzó, apuntó nuevamente y lo asesinó por la espalda. La bala le entró por el pulmón y le salió por el corazón, quedó agonizando en la calle arenosa del barrio Ancón Bajo sobre un charco de sangre, aseguraron los parientes del occiso.
Cuando los vecinos del barrio escucharon los disparos salieron de sus casas para saber lo que había sucedido, entre ellos se encontraba una conocida de la familia, al ver cómo la víctima se desangraba, la comunidad unió esfuerzos para trasladarlo hasta el Centro de Diagnóstico Integral más cercano, donde murió minutos después. La mujer al reconocer a José Gregorio llamó a una de las hermanas del occiso para avisarle.
Una comisión de la Policía científica llegó al lugar de los hechos para realizar las primeras pesquisas, preguntando a los habitantes de la zona descubrieron la dirección del polisur, quien luego de cometer el crimen regresó a su casa como si nada, relató un primo del joven asesinado, quien además agregó: “Los detectives de homicidios le quitaron la pistola”; aunque no tienen pruebas fehacientes de su participación en el asesinato, lo están investigando.
“Ese efectivo de Polisur mató a mi primo a sangre fría y luego pretendía comprar al PTJ, gracias a Dios se negó, todavía existen personas rectas y honorables”.