Inaugurado
El Estadio Nacional de Santiago de Chile, con una rica historia deportiva y también de dolor y muerte, acogerá mañana la jornada inaugural de la Copa América 2015, que promete un arranque colmado de sorpresas y de buen fútbol, con el anfitrión como protagonista.
Las sorpresas serán aportadas por un espectáculo de veinte minutos que incluye pirotecnia, acrobacias y derroche de luces y el buen fútbol estará en los pies de los jugadores de Chile y Ecuador, que jugarán el primer partido de la 44 edición del torneo de selecciones más antiguo del mundo.
Inaugurado en 1938, cuando fue llamado despectivamente, “elefante blanco”, por agudos cronistas que juraban que jamás se iban a llenar sus gradas, el Estadio Nacional podía albergar hasta 80 mil personas, como efectivamente ocurrió en más de una ocasión.
Entre ellas, la Copa del Mundo de 1962, un total de 68 partidos de Copa América, el último de ellas en 1991, finales de la Copas Libertadores y Sudamericana y, en lo extradeportivo, numerosos conciertos de estrellas de la música, como Paul McCartney, Madonna, Juan Manuel Serrat o Silvio Rodríguez.
También enmarcó sombrías jornadas, en el tiempo en que fue utilizado como campo de concentración de prisioneros políticos durante la dictadura de Augusto Pinochet, también conservadas en la memoria de muchos chilenos.
Enclavado en el barrio santiaguino de Ñuñoa, el estadio fue objeto de una remodelación que desde el 2010 redujo drásticamente su aforo a 48 mil 665 espectadores y recibió el nombre de Julio Martínez Prádanos, un periodista que bajo su marquesina tejió singulares crónicas deportivas, radiales, escritas y televisivas.
La ciudad
Santiago, la capital chilena, tampoco es ya una ciudad acorralada por símbolos de invierno, sino una urbe de 6,3 millones de habitantes cuya historia moderna se remonta a 1541 y que reúne todos los elementos de una gran capital, al concentrar los centros del poder político, administrativo y financiero y también los principales referentes culturales y recreativos de Chile.
También la ciudad carga con la fama de ser una de las más contaminadas de América, pero tras varios episodios de alerta y uno de preemergencia que hasta comienzos de junio obligaron a la adopción de medidas especiales, en la víspera del inicio de la Copa la calidad del aire era buena, según los organismos encargados del tema.
Las autoridades hacen votos para que tal condición se mantenga, pues el Nacional acogerá seis partidos en esta edición de la Copa, incluida la final del 4 de julio.