Es ahora cuando más requerimos de venezolanos sensatos, del Gobierno y de la oposición, que impidan que el país se destruya más en medio del aislamiento, el deterioro institucional y la radicalización, que lo acontecido el 15 de octubre acelerarán
Lo acontecido el 15-O en las elecciones de gobernadores, constituye un hecho de consecuencias impredecibles en la vida del país. Para propios y extraños, resultan inconcebibles los resultados dados con tan extraña prontitud por el CNE. Nadie entiende, que en un país donde el 80 por ciento de la población rechaza al régimen imperante, pueda votar tan abrumadoramente por sus candidatos a gobernadores. Lo anunciado por el CNE, es contrario a lo que sostenían todos los estudios serios de opinión.
Estamos pues, ante resultados inconsistentes, que solo pueden ser la consecuencia de un proceso electoral manipulado en conjunto, por un régimen sin moral y ética, en connivencia con unas Fuerzas Armadas a su servicio ciego y servil. Nuevamente como el 30 de septiembre, se ha burlado a los venezolanos de la manera más cínica.
Ni dentro ni fuera de Venezuela estos resultados serán reconocidos. La comunidad internacional endurecerá su posición sobre Venezuela y vendrán nuevas sanciones. Las repercusiones de este clima de tensión sobre la economía serán catastróficas, en un país en decrecimiento acelerado del PIB y con una inflación de cuatro dígitos. Estamos a las puertas de conflictos graves en lo interno y lo externo. Veremos, que el régimen que predica la “paz” de los sepulcros, radicalizará sus posiciones en desmedro del bienestar colectivo.
El deterioro de la institucionalidad del país, será cada vez mayor, en manos de un régimen que desconoce la soberanía popular y que pretende utilizar a un cuerpo fraudulento como la “Asamblea Constituyente”para ejercer un poder totalitario, al margen de la Constitución vigente. Estamos a las puertas de un peligroso rechazo generalizado del camino electoral, para la solución de nuestros graves conflictos.
El radicalismo de oposición y Gobierno agravará la vida de todos. Estamos pues, al borde de una nueva crisis política, económica, social y moral, gracias a la irresponsabilidad de un régimen, que con el mayor descaro, se burla de los venezolanos que no compartan su equivocada y fracasada ideología. Es ahora cuando más requerimos de venezolanos sensatos del Gobierno y de la oposición, que impidan que el país se destruya más, en medio del aislamiento, el deterioro institucional y la radicalización, que lo acontecido el 15 de octubre acelerarán. Lo ocurrido ese infausto día será perjudicial para todos: para un régimen que ha perdido el rumbo y para una oposición que lucha por conseguirlo, dentro del Estado de derecho. Ojalá consigamos pronto el camino de la sensatez. Nos vienen días muy difíciles.
diciembre 7, 2024
