Un reconocimiento en oleadas

Las reformulaciones al plan pierden rápida vigencia por el contexto enrarecido en el que está sumida la institución, cargado de decisiones contradictorias y cambiantes

La crisis económica que afecta al país, ha hecho que los venezolanos seamos más creativos a la hora de gastar el esquelético sueldo. El incremento mensual de los precios de la canasta básica nos obliga a ser selectivos con los productos que debemos comprar para que el mermado sueldo mensual pueda alcanzar hasta la siguiente quincena. Aunque queramos y pese a que nos hagan falta, habrá algunos que no se pueden adquirir porque no hay más dinero; ropa, por ejemplo. Si periódicamente no podemos renovar el vestuario, la ropa se gastará y eventualmente, se convertirá en harapos.

En la Universidad del Zulia ocurre lo mismo, el insuficiente presupuesto que el Gobierno nacional asigna a la institución le acarrea un déficit importante en equipos, insumos, infraestructura y su mantenimiento, saneamiento ambiental y prestación de servicios a las actividades académicas y administrativas. La planeación anual se hace conforme a las necesidades y las exigencias de una institución que no renuncia a su concepción de Universidad, pero el Ejecutivo nacional no lo piensa así y el recorte que se hace al anteproyecto de presupuesto impide cumplir con efectividad, incluso, los objetivos prioritarios.

Las reformulaciones al plan pierden rápida vigencia por el contexto enrarecido en el que está sumida la institución, cargado de decisiones contradictorias y cambiantes, indicadores económicos no reales y la amenaza constante sobre la autonomía universitaria. El efecto de esas distorsiones hace que el trabajo de la Dirección General de Planificación (DGPlaniluz), las oficinas de planificación de las facultades y núcleos, y la administración central, estén constantemente haciendo correcciones y no realizando las evaluaciones pertinentes. Como consecuencia, incurrimos en el retraso en la rendición de cuentas y los informes de gestión, entre otros instrumentos.

Desde esta perspectiva, valoramos altamente la entrega que hiciera el Ministerio de Educación Universitaria (Mppeucyt) de 230 computadoras a siete facultades y el Núcleo COL para sus laboratorios y salas de computación y celebro que sean “oleadas” (delegada del Mppeucyt, dixit) porque se requieren con urgencia. Ignoro las características de los equipos pero bienvenidas sean porque es un reconocimiento a las necesidades que hemos planteado en Caracas y nunca fueron atendidas, los decanos lo lograron y eso es bueno para la institución.   

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