Cauchos,
José Soto no conoce la tranquilidad. Mientras balbucea un par de palabras espanta decenas de moscas que se paran en él y escucha llorar a su bebe sin cesar. Vive junto a su familia en una casa pequeña al borde de la calle 3 en vía a Las Tuberías. Frente a su hogar hay un basurero “colosal” que les curte la vida.
El vertedero a cielo abierto,”atormenta” a los vecinos desde hace más de cinco meses porque les provoca diarrea y vómito. El joven asegura que se “tragan” las moscas y cuando caen en la comida, hacen de “tripas corazón” para sacarlas e ingerir los alimentos. Los residentes de las barriadas Santa Eduviges y El Rosario se quejan de los nauseabundos olores y del humo, cuando propios o extraños, queman los desperdicios.
Los desechos llegan al lugar proveniente de todos los sectores de Maracaibo de acuerdo a testimonios vecinales y son arrojados desde camiones tipo volteo, compactadores, camionetas, autos, carretas y vehículos de la Fuerza Armada. Así como se concentran las montañas de residuos, un ejército de padres junto a sus hijos, recorren el lugar en busca de objetos de valor o comida.
A toda hora
A lo largo del día, llegan toneladas de desperdicios que se acumulan sin ningún tipo de tratamiento y obligan a los lugareños a impregnar sus casas y lampacear con gasoil a todo riesgo, para repeler los insectos. Marta Pereira, madre de dos pequeños, comentó que los objetos utilizados para obstaculizar las vías durante las protestas recientes, fueron arrojados en el sitio y las promesas gubernamentales de recogerlas, quedaron olvidadas.
El humo, producto de la quema, ocasiona asma y hace que las serpientes y alacranes invadan las viviendas. “Cuando nos descuidamos eso está prendido y se apaga por su cuenta o cuando llueve”, resalta Pereira. La insalubridad desplazó familias con bebés recién nacidos y abuelos hacia otros sectores aledaños, quienes partieron con la esperanza de regresar.
Los reclamos no evitan que el problema continúe y Maryuli Godoy, vendedora de pasteles, coloca en la mesa de los clientes un ventilador, para que coman tranquilos y las moscas no paren en sus platos. “Cuando le decimos algo a los choferes que depositan la basura aquí, nos dicen que son órdenes y no pueden hacer nada”.
Jairo Ramírez, secretario de Infraestructura del Gobierno regional, señaló que en reiteradas oportunidades recolectaron los desechos sólidos con maquinaria pesada y sanearon el lugar. “Estamos desplegados todos los días y atenderemos la zona en pro de la comunidad”.