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Ya es tradición. Por sexto año consecutivo un venezolano termina siendo el pelotero con mejor promedio de bateo de su liga.
Y para Miguel Cabrera, más que tradición, ya parece cotidiano. El toletero de los Tigres de Detroit es el primer jugador en las Grandes Ligas desde 1997 (Tony Gwynn) que logra cuatro títulos de bateo.
Wade Boggs, con los Medias Rojas de Boston en 1988, fue el último con cuatro o más coronas entre los toleteros de la Americana.
Es la sexta zafra al hilo en la que un criollo termina comandando su circuito en promedio ofensivo, una cadena que inició con Carlos González (2010) en la Nacional, seguido por Cabrera (2011-2013) y José Altuve, campeón bate del joven circuito en 2014.
En una campaña disminuida por una lesión en la pantorrilla derecha y en la que los Tigres se quedaron fuera de la postemporada, Cabrera dejó un promedio con el madero de .338, para convertirse en el octavo jugador en la historia de las Mayores con cuatro o más títulos de bateo en un lapso de cinco años.
“Ha sido una lucha durante toda la temporada por los dolores en mi tobillo derecho, jugué en medio del dolor”, señaló Cabrera. “Solo espero que la próxima temporada no tenga problemas y pueda estar libre de lesiones. Espero ser capaz de jugar al 100 por ciento todos los días”.
“Miggy” se unirá a Ty Cobb y Harry Heilmann como los únicos miembros de la franquicia de los Tigres con cuatro títulos de bateo, Cobb ganó 12, mientras Heilmann sumó cuatro.
Más allá de su hazaña, Cabrera dejó claro que no está conforme con lo que fue su desempeño ofensivo. “Tengo que cambiar mi ‘approach’ (enfoque). En los últimos dos o tres años estoy haciendo la misma cosa, es momento de hacer ajustes. Tengo que averiguar lo que puedo hacer para tratar de mejorar. Ojalá pueda estar en plena capacidad el año que viene”.