Un tercer sismo, de magnitud 4,8 en la escala abierta de Richter, sacudió este domingo El Salvador sin que hasta el momento se hayan reportado víctimas o daños materiales, informó el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales
Un tercer sismo, de magnitud 4,8 en la escala abierta de Richter, sacudió este domingo El Salvador sin que hasta el momento se hayan reportado víctimas o daños materiales, informó el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
El temblor se produjo frente a la costa del departamento de Usulután (este) a 57 kilómetros al sur de la Bahía de Jiquilisco, indicó la entidad gubernamental.
Dicho sismo tuvo una profundidad focal de 27,18 kilómetros e intensidad de II en la escala modificada de Mercalli y fue sentido en el centro del municipio de San Miguel (este).
Este es el tercer movimiento telúrico que hoy ha sacudido al país centroamericano sin consecuencias. Los otros dos sismos fueron de magnitudes 4,3 y 4.
El temblor de magnitud 4,3 se registró a las 11.58 hora local (17.58 GMT) en aguas del Golfo de Fonseca (oeste), con epicentro 69 kilómetros al sur de la playa Las Tunas, en el departamento de la Unión (este), y una profundidad focal de 25,5 kilómetros.
El Ministerio de Medio Ambiente explicó que dicho sismo alcanzó una intensidad de 2 en la escala modificada de Mercalli y fue sentido de forma “débil” en parte de la zona centro de La Unión.
El otro sismo, de magnitud 4, se produjo a las 09.31 hora local (15.21 GMT) frente a la costa de la localidad de San Vicente (oeste), 11 kilómetros al sur de la desembocadura del Río Lempa.
Este temblor tuvo una profundidad focal de 39,32 kilómetros e intensidad de dos en la escala modificada de Mercalli, y fue sentido en parte del municipio de Zacatecoluca, indicó la fuente.
Los últimos diez sismos computados por las autoridades del Ministerio oscilan entre las magnitudes de 2,9 y 4,3, sin que ninguno haya causado daños o víctimas.
En El Salvador, la mayoría de los sismos que se producen habitualmente tienen su origen en aguas del océano Pacífico y a mucha mayor profundidad, lo que en ocasiones los hace imperceptibles para la población, mientras que los que se originan en tierra próximos a la superficie son más sentidos y dañinos.