Ninoska
A Ninoska del Valle Ferrer García (35) una bala perdida la mató en su cama. Dormía junto a su esposo en un colchón tirado en el suelo de su rancho de latas, en el barrio Calendario, cuando el proyectil traspasó, a las 12.00 de la medianoche, el zinc y le atravesó el pecho.
Ciro Ángel Ferrer, padre de la víctima, recordó en la morgue que la pareja decidió descansar temprano. A las 9.00 de la noche cerraron las puertas y apagaron las luces. Unas tres horas después unos delincuentes empezaron a dispararse entre ellos frente a la vivienda. En la balacera hirieron a la menor de sus hijos.
La pareja le comentó a la familia que el ama de casa dormía en posición fetal y de medio lado. El proyectil pasó sobre su acompañante y la atravesó. Ninoska lo despertó desesperada, tenía dificultad para respirar. El hombre salió de la casa, corrió unas cuadras hasta la casa de su hija y le pidió ayuda. Regresaron a la vivienda y la vieron agonizar unos minutos. Murió antes de que encontrara cómo sacarla del sector.
La casa se llenó de curiosos y los Ferrer se acercaron para acompañar el cuerpo y esperar la comisión de la Policía científica. Los funcionarios se tardaron horas y la familia decidió trasladar el cadáver hasta la casa de su madre en el barrio Ciudad Lossada. Los policías llegaron en la mañana.
Ninguno de los vecinos quiso declarar a la Policía, pero comentaban entre ellos que en la balacera participó un azote del barrio. Se disputaba el control de la zona con una banda rival. A la víctima la describieron como tranquila y dedicada a su hogar. Antes de morir compartía unos tragos con su esposo, celebraban el Día del Padre.
Constantes tiroteos
En barrio Calendario denunciaron que los fines de semana los delincuentes organizan fiestas y en la madrugada se escuchan las ráfagas de tiros.