Durante un cierre de proyecto de los alumnos del Cegama la velada transcurrió entre platos, historias y misterio. En esta oportunidad, los aspirantes al título de cocinero integral tuvieron que materializar un proyecto llamado Mistura
Tal vez hoy los invitados ya no recuerdan el gusto agrio del hummus, las notas picantes o los tonos ahumados de la carne, la cremosidad del queso de cabra y el dejo crocante del postre de coco que se hizo agua en la boca. Pero muchos, tal vez todos, llevan en su memoria el rostro, la sonrisa y hasta el nombre de quienes con afán sirvieron las mesas. Yo recuerdo al menos dos: Ana y Nelly.
Dicho está que el buen servicio jamás se olvida, porque amarrados a los sabores y texturas de la comida y a su emplatado, están esos detalles que “hacen la diferencia”. Bajo este concepto, un equipo de estudiantes del Centro Educativo Gastronómico Alejandro Magno (Cegama) presentó su primer proyecto académico.
En esta oportunidad, los aspirantes al título de cocinero integral tuvieron que materializar un proyecto llamado Mistura. Se trata de un restaurante que busca satisfacer el paladar de los comensales y a la vez ofrecer una experiencia sublime a través de un concepto gastronómico destacado, que escoge lo mejor de cada cultura para mezclarlo con ingredientes autóctonos y crear platos con diferentes texturas, sabores, colores y detalles que representan el eclecticismo dentro de la tradición culinaria venezolana, según versa la misión del establecimiento.
Historias servidas
En esta oportunidad Mistura sirvió una degustación de comida árabe fusionada con ingredientes criollos. La puesta en escena abundó en detalles desde la decoración del ambiente, la música, el mobiliario hasta la cubertería y la vajilla.
Sonrisas, reverencias, respeto y amabilidad abundó durante el servicio, de manera tal que el acto de comer se dignificó y volvió a su raíz ancestral: ser un acto de amor.
Pero lo más cautivador fue la narrativa del menú inspirado en la recopilación medieval de cuentos tradicionales del Medioriente: Las Mil y Una Noche. Farides Fabián se encargó del relato y con cada plato servido la sala se llenó del misterio de la prosa y las mágicas preparaciones de Sherezade para el rey.
Lo lamentable fue que el desenlace de la historia no llegó junto con el postre, así que los curiosos invitados deberán volver a otra convocatoria para conocer más sobre las andanzas culinarias de la reina árabe y reafirmar que Mistura es "platos que degustar, historias que contar".
El equipo de estudiantes está integrado por 16 personas, quienes presentaron el cierre de proyecto correspondiente al primer módulo de la formación como Cocinero Integral de Cegama. El centro educativo está ubicado en la avenida 11, entre calles 74 y 75. Teléfono 0261-7977268 / 0414-6246714. @cegamamaracaibo. cegamasai@gmail.com.