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Después de dominar sus respectivas conferencias con una superioridad insultante, Cavs y Warriors se enfrenta en una de las finales más esperadas de siempre. El quinto partido ante los Celtics se convirtió en un festival de LeBron James, que batió el récord de anotación en los playoffs, en poder de Michael Jordan con 5.995 puntos.
En rueda de prensa el alero estrella expresó: “Quería ser como Mike y por eso he hecho todo lo que él hacía. Desde pequeño. Que te pongan en la misma frase con él, con Kareem o con todos esos jugadores que hicieron historia es para decir: ¡guau!".
El partido en el TD Garden lo finiquitó con 35 puntos, ocho rebotes y ocho asistencias en una nueva demostración de su excepcional talento. Su equipo estuvo a su altura y batió también el récord anotador de la franquicia en un partido de playoff con esos 135 puntos.
Pero los Warriors también tendrán el factor en cancha a favor en la final, porque sumaron 16 victorias más que los Cavaliers en la fase regular y los convierte en favoritos. El equipo de Stephen Curry y Kevin Durant también ha arrasado en los playoffs, en los que barrió a Portland, Utah y San Antonio y sumó el pleno con un 12-0 sin precedentes.
Solo los Lakers, en 1989 y 2001, alcanzaron la final ganando todos sus partidos en los playoffs, pero entonces el pleno era de 11 triunfos, ya que la primera ronda se disputaba al mejor de cinco y no de siete como ahora. El dominio de Cleveland y Golden State no tiene precedentes y hasta el comisionado de la NBA salió a la palestra para rebatir las críticas.
“No es ninguna preocupación. Creo que deberíamos estar celebrando la excelencia”, afirma Adam Silver. “Por supuesto que uno quiere disfrutar de una liga equilibrada, pero para el aficionado que llevo dentro es fantástico ver a equipos jugando a ese nivel de excelencia”.