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Luis Ratti pidió al TSJ disolver la Comisión Nacional de Primaria y prometió obtener una respuesta perentoria en su campaña contra la elección interna de la oposición. El diputado José Brito considera que con la sanción a María Corina Machado es obligatorio “repensar las cosas”
Los políticos que se identifican como opositores, pero critican a la principal coalición antioficialista, cobraron notoriedad en los últimos días, al aplicar estrategias para acabar con la elección primaria que la Plataforma Unitaria (PU) prevé celebrar el 22 de octubre.
Bajo el eslogan de “una nueva oposición”, seis confesos opositores, aparentemente por separado, han manifestado su intención de medirse en las presidenciales de 2024 sin pasar por los comicios internos de octubre -en los que competirán 13 candidatos-, un proceso que señalan de “viciado”.
Estos políticos, que niegan estar confabulados con la llamada revolución bolivariana -como asegura el antioficialismo tradicional-, consideran que las fuerzas reunidas en la Plataforma Unitaria no representan el deseo de cambio político que, reiteran todos, predomina en la mayoría de la población.
¿Enemigo interno?
El precandidato presidencial Luis Ratti, que se presenta como independiente, es el más punitivo en sus declaraciones, pues ha tildado de criminales a tres aspirantes a la primaria y a otros cinco, de corruptos, alegatos que asegura haber sustentado ante la Fiscalía.
“Ser opositor hoy en día no es ser opositor al Gobierno, es ser opositor a lo que ha destruido al país. ¿Y quiénes han destruido el país? El Gobierno y esa oposición”, dijo a EFE el empresario de 44 años, quien militó antes en el Movimiento al Socialismo (MAS), una formación que ayudó a Hugo Chávez (1999-2013) a llegar al poder.
A su juicio, los comicios organizados por la Comisión Nacional de Primaria (CNP) son ilegales por permitir la participación de la exdiputada Tamara Adrián, por ser una persona transexual cuyo cambio de nombre no es permitido en el país, y de otros políticos que están inhabilitados para ejercer cargos públicos por dictamen de la Contraloría General.
Por ello, Ratti pidió al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) disolver la CNP y prometió obtener una respuesta perentoria, algo que no ha ocurrido, pero que no ha frenado su campaña contra la primaria y para “desenmascarar a algunos personajes” de la PU.
No obstante, la elección primaria es un asunto independiente de cualquier institución del Estado, por lo que las inhabilitaciones no impiden a ningún aspirante participar de las mismas, aunque el ganador se encontraría bloqueado en el paso siguiente, al intentar inscribirse en el Consejo Nacional Electoral (CNE) para concurrir a las presidenciales.
Obstáculos a la vista
Con un ímpetu similar, el diputado José Brito quiere derribar a quienes ocupan las “cúpulas nefastas” en el Gobierno y la oposición, lo que representa un paso necesario en el camino para construir una “alternativa de cambio”, algo -subraya- “muy distinto a segmentar el país en grupúsculos”.
“Yo con este sector minoritario de oposición tengo diferencias (..) pero yo no tengo por qué odiarlo y los voy a respetar”, señaló a EFE el legislador, quien pidió a la Contraloría aclarar el estatus político de María Corina Machado, un requerimiento que le fue respondido cuatro días más tarde, cuando él anunció al país que la exdiputada está inhabilitada para ejercer cargos públicos durante 15 años.
Con la sanción a Machado, quien competirá en la primaria de octubre, es obligatorio “repensar las cosas”, según Brito, para no exponer al país a una confrontación y evitar “un atajo político”.
La inhabilitación, rechazada por la oposición tradicional y casi toda la disidente, ha sido celebrada por Ratti, quien cree que Machado debe ser juzgada por “crimen de lesa humanidad”.
Fuera de la primaria
Tanto Ratti como Brito mostraron interés por medirse en la elección primaria, pero desertaron pronto al no obtener las respuestas que buscaban, una denuncia desestimada por la CNP que asegura haber atendido las inquietudes planteadas.
De cualquier forma, los dos corren ahora en solitario con la vista puesta en las presidenciales de 2024, un escenario que, admiten ambos, es ideal abordar de forma unitaria desde la oposición para aumentar las posibilidades de vencer al chavismo tras un cuarto de siglo de Gobierno, por lo que se mueven en torno a la idea de una coalición fuera de la PU que todavía no se ha consolidado.
Por su parte, el antioficialismo tradicional ha ratificado que seguirá su camino a la primaria, mientras el Gobierno se mantiene al margen de la disputa entre sus oponentes, pero el partido oficialista no deja de avivar el fuego con numerosas declaraciones al respecto.
Con un Brito que habla de la urgencia de “gestos magnánimos” para superar las diferencias dentro del antioficialismo y un Ratti que insiste en la necesidad de “limpiar” a la oposición, el Ejecutivo, al menos públicamente, no ha tenido que mover un dedo para sacar rédito de la añeja frase, “divide y vencerás”.
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