Se nos pretende imponer un Estado Socialista de tipo comunal, centralizado políticamente, donde el federalismo, la descentralización y la autonomía desaparecen, mientras el poder central se acentúa y se prolonga en el tiempo
Como un tubazo periodístico de algunos medios de comunicación, los venezolanos hemos conocido una “Propuesta de texto constitucional de la República Bolivariana de Venezuela 2018” en documento en donde brilla la ausencia del menor emblema de la Asamblea Nacional Constituyente, mientras que resaltan los del Gobierno bolivariano de Venezuela, el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, la Universidad Bolivariana de Trabajadores Jesús Rivero y el Instituto de Altos Estudios del Proceso Social de Trabajo “Jorge Rodríguez”.
Por ello, la primera pregunta que surge ante el documento es: ¿De dónde proviene, quiénes son sus autores, en qué ámbito se dieron las discusiones para proponer semejante texto, todavía no desconocido por la ANC? El hecho es que tenemos ante nosotros una nueva propuesta de Constitución que supera los 400 artículos y que expresa en su preámbulo que: “Hoy, como pueblo venezolano, en las condiciones mundiales actuales de crisis terminal del capitalismo y de construcción impostergable del socialismo, nos asumimos como Patria Bolivariana Socialista para reconstruirnos como sociedad humana, democrática, participativa, protagónica, multiétnica y pluricultural, constituyéndonos en un Estado Popular, Democrático, de Derecho y de Justicia social, con la forma de República Bolivariana de Venezuela, regido por el principio de centralización política y desconcentración administrativa en base al programa contenido en este texto constitucional”.
Estamos pues, en presencia de una propuesta constitucional inaceptable y llena de falsedades y contradicciones, que desvirtúan la naturaleza del Estado democrático y republicano que nos dimos desde 1811, para convertirnos en una República socialista más, de las que han fracasado estrepitosamente el último siglo en el mundo, desde la Unión Soviética de Lenin y Stalin, hasta la China de Mao, pasando por la Cuba de Fidel Castro.
El texto que se ha divulgado de forma tan inadecuada, es un monumento al cinismo y a la falsedad, lleno de contradicciones, que acabaría con los valores superiores actuales de nuestro ordenamiento jurídico: la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político. Se nos pretende imponer un Estado Socialista de tipo comunal, centralizado políticamente, donde el federalismo, la descentralización y la autonomía desaparecen, mientras el poder central se acentúa y se prolonga en el tiempo un período presidencial que puede ser eterno.
Ojalá, que los venezolanos de hoy, como sucedió en el 2007, no permitamos que el socialismo marxista y cubano, inhumano, sectario, incompetente, ignorante y fracasado, que nos ha destruido los últimos 20 años, acabe para siempre con la República democrática que los venezolanos nos dimos en 1811, que tenemos el deber de preservar, como homenaje a los héroes civiles y militares que la hicieron posible.