La
Pedro Trigo, S.J., nos dice que en Venezuela estamos padeciendo “estructuras de pecado”, cocinadas y alentadas por un régimen inepto y fraudulento. Si bien la prédica alrededor de lo “popular” alentó a más de uno acerca de la posibilidad de un mundo mejor, la realidad a la que hemos llegado es tan traumáticamente opuesta, que ya los pocos hombres y mujeres de izquierda que aún apoyan al “proceso”, lo han abandonado desde un silencio resignado y hasta vergonzoso.
Para Pedro Trigo la “situación de pecado” se manifiesta a través de estos signos.
1. Violencia diseminada e impune. La inseguridad es hoy la mayor preocupación de los venezolanos. Vivimos en un toque de queda sin que este se haya declarado oficialmente. El 92 % de los crímenes quedan impunes y el intercambio de roles entre policías y delincuentes tipifican una situación fuera de control. La paz y la fraternidad entre los venezolanos se encuentran herida de muerte. La ausencia del Estado en casi todos los ámbitos sociales es proverbial. Un barrio es tierra de nadie y nuestras ciudades oscuras es la invitación a una vida hostil.
2. Falta de producción y productividad: socialismo rentista. Sembrar el petróleo es una consigna extraterrestre. En Venezuela quienes nos han desgobernado parten de la antilógica económica de que es más cómodo gastar, repartir y dilapidar la renta del petróleo que ponernos a producir. El Estado ha demostrado su negligencia como agente económico y ha desestimulado a la empresa privada nacional e internacional. La rehabilitación del trabajo alrededor de la dignificación del trabajador es consustancial a la producción de la riqueza, y no a su redistribución clientelar y populista como se nos ha acostumbrado.
3. Corrupción, opacidad e impunidad. Todos los políticos del régimen hasta los de la MUD saben muy bien con nombres y apellidos las personas que han desfalcado a la nación. Nadie los revela abiertamente porque sería señalar a la inmensa mayoría de quienes nos desgobiernan hoy. El ejemplo de vida de la mayoría de los “revolucionarios” es contrario a la filosofía socialista que dicen representar. Ni un solo detenido de parte de una justicia cuya lógica partidista le delata y anula en sus altos fines y funciones. El mal ejemplo de los políticos alrededor de una corrupción sin límites estimula las prácticas como el contrabando y el “bachaqueo” entre los sectores más humildes de la población.
4. Monopolio de la información y opinión. La hegemonía comunicacional hace de la propaganda gubernamental que la gente perciba a un país unidimensional. A los opositores se les criminaliza y la información veraz termina encubierta o completamente solapada. ¿Cuántas protestas se producen hoy en el país? Centenares, pero muy convenientemente el régimen impide su difusión por los medios de comunicación social que controla.