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En medio de las labores, ejecutadas hace tres meses por el Metro de Maracaibo, en la cañada Morillo, se llevaron la arena que soportaba la pared de concreto. Ahora una de las residencias que está a la orilla de la quebrada, corre peligro debido a que luego un “aguacero” las bases quedaron expuestas. Los afectados temen que tras otro torrencial pierdan sus hogares.
Lisandro López, de 44 años, es el más afectado porque su vivienda es la que quedó mayormente desprotegida. El hombre exclamó su preocupación porque vive con una niña, dos adolescentes y su esposa. “Estamos también a merced de los malandros de la cañada”.
Otras de las perjudicadas es Alanis Fuenmayor, de 57 años, quien afirmó vivir con sus cuatro nietos. “Solo le pido a Dios que cuide mi casita y que no caiga un palo de agua, porque hace años una casa por aquí se la llevó la cañada”.
Los habitantes corren el riesgo de enfermedades debido a que el cauce ya está sucio otra vez. Hace dos meses los ingenieros del Metro se comprometieron a resolver el problema, pero se hicieron “de la vista de la vista gorda”. Piden a los entes competentes que tomen cartas en el asunto y le den respuesta rápida ante la emergencia la situación.