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Uno de estos episodios ocurrió la noche de este jueves, cuando funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) intentaron dispersar una protesta en la urbanización Terrazas del Ávila, en el extremo este de la capital venezolana.
Vecinos del lugar dijeron a Efe que, aunque la protesta se desarrollaba en las afueras del complejo residencial, la GNB entró a la urbanización y arremetió contra el personal de seguridad.
“Arremetieron muy fuerte contra la seguridad de la urbanización (…) disparaban hacia adentro reventando todos los vidrios, llevándose todos nuestros equipos”, dijo el supervisor de vigilancia de la urbanización Terrazas del Ávila que pidió no desvelar su nombre.
El hombre de 38 años de edad contó que los agentes lo golpearon y robaron sus pertenencias y las del personal del departamento de seguridad del complejo.
“Me golpearon, me humillaron de una manera muy vil, me decían que me iban a orinar la cara (…) me despojaron de mis zapatos, de mi teléfono, se llevaron todos nuestros equipos, los radios, computadoras, los televisores que no pudieron sacar los partieron, se llevaron ropa, comida de los muchachos, teléfonos”, dijo.
La noche del miércoles, la primera jornada de la huelga, habitantes de otras zonas de la capital también denunciaron excesos por parte de los agentes policiales.
En la urbanización Las Antiguas de Palo Verde, una zona del este capitalino rodeada por la favela más grande de Latinoamérica, Petare, dos tanquetas del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas) golpearon repetidas veces el portón de entrada hasta derribarlo.
Una vez adentro los policías dispararon contra los vehículos estacionados mientras avanzaban a lo largo del complejo.
En esa urbanización derribaron también la fachada de entrada de una casa, y uno de los vecinos afectados aseguró a Efe que los agentes lo golpearon a él y a su padre y trataron de llevarse a personas detenidas, aunque finalmente no lo lograron.
A lo largo del sector Palo Verde, Efe constató destrozos semejantes, y en las paredes de varias estructuras del lugar podían verse orificios producto de los disparos.
Algo parecido sucedió en el centro de la ciudad, en La Candelaria, una zona en la que los choques entre manifestantes y las fuerzas del orden se producen casi a diario, sobre todo en horarios nocturnos.
Estos enfrentamientos se repitieron en varias ciudades del país durante la huelga general, cuando opositores bloqueaban y cortaban las vías para evitar la circulación normal y las autoridades acudían al lugar para despejar las vías.
En esos dos días de paro y protestas, en Venezuela fallecieron ocho personas, algunas por herida de bala, cifra con la que se elevaron a 108 las víctimas mortales durante la oleada de protestas que sacude a la nación caribeña desde el 1 de abril.
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