Uno
Ángel Armando Bocaranda Amaro (43), sargento tercero de la Guardia Nacional, está grave. Unos uniformados lo interceptaron en la avenida 49 del sector Gallo Verde y lo tirotearon. Uno de los proyectiles le atravesó la garganta. A su acompañante solo la golpearon en la cabeza. Se investiga por qué lo atacaron.
Ayer, a las 5.00 de la mañana, los vecinos escucharon las detonaciones. “Luego de unos minutos de silencio escuchamos los gritos”, comentó un residente.
La Ford Explorer gris, placa AE672KV, que conducía el sargento la perseguía otra camioneta negra. Bocaranda intentó esquivarlos, pero los delincuentes lo adelantaron y dispararon dos veces contra el vidrio frontal, apuntaron directo al chofer. Como no se detuvo le dieron un escopetazo al radiador, dijeron los vecinos.
Las heridas obligaron al sargento a detenerse. Quedó agonizante frente al volante. Los atacantes, quienes según los curiosos vestían prendas militar y tenían chalecos antibalas, se acercaron. A la mujer que viajaba en el asiento de copiloto la golpearon con un arma en la cabeza y luego huyeron.
La sobreviviente gritó. Gritó lo más alto que pudo hasta que empezaron a llegar los curiosos. “Llamamos al 171 y al 911, pero ni contestaban”, comentaron los averiguadores. Acotaron que la mujer al ver que no llegaba ayuda llamó a la familia del conductor.
Unos 30 minutos tardó en llegar el hijo menor de Bocaranda en un taxi. Con ayuda, cambió a su padre de puesto y en la misma camioneta lo llevó a una clínica en El Varillal. Por falta de equipos, lo remitieron a otro centro de salud al norte de la ciudad.
La Policía regional recogió los seis casquillos percutidos y se marcharon. Los detectives de la Policía científica se dirigieron a la clínica a tomar declaraciones de los familiares e iniciar las investigaciones. Manejan como móvil resistencia al robo, aunque no descartan cualquier otro, debido a la agresividad del acto.
A las 9.00 de la mañana Bocaranda ingresó al quirófano, donde le harían una operación exploratoria para saber la gravedad de la herida, informaron los familiares. Se supo que el sargento también era escolta y estaba adscrito a la Zona de Defensa Integral del Zulia (Zodi). Al cierre de esta edición el militar permanecía hospitalizado. Se espera que reaccione al tratamiento y se recupere para interrogarlo.