A
Noticia escalofriante, y para más señas, kafkiana: asaltaron un salón de clases a plena luz del día en la Facultad de Ingeniería en LUZ durante la ocurrencia de los cursos de verano. La noticia es vieja pero los hechos me los acaban de contar uno de los testigos y víctima. Lo llamativo del hecho es la mucha violencia que hubo, y luego, el posterior silencio para tapar el siniestro, ya sea por la incompetencia de las autoridades y policías en dar con los delincuentes, ya sea para evitar las consabidas amenazas y represalias. No es la primera vez que esto ocurre. Ya esto se está convirtiendo en un hábito bastante frecuente, sumado a los robos masivos en todas las dependencias de LUZ cuando esta entra en un asueto vacacional. ¿Quién en su sano juicio va a dar clases tranquilo si te pueden asaltar, golpear, robar y hasta matar en un salón de clases en LUZ? Y luego, la impunidad.
Estas vacaciones para los universitarios, y educadores en general, han sido unas anti-vacaciones por la falta de sosiego que hemos tenido ante la caída brutal de nuestro poder adquisitivo que los recientes aumentos son incapaces de paliar, por el contrario, al alentar aún más la espiral inflacionaria, se vuelven hasta contraproducentes, son solo una ilusión. Luego está la estafa de la Contratación Colectiva Única II impuesta por el régimen con unos aumentos insatisfactorios, y lo que es peor, amañados. Ahora en septiembre nos correspondía un 20 %, que lo acaban de tumbar con el 50 % decretado por el Presidente Maduro a partir del 1 de septiembre, es decir, nos correspondería un 70 % que ya han dicho que no van a reconocer.
Los problemas en LUZ, y en todas las universidades públicas y autónomas del país, empezarían a resolverse, luego del tan ansiado cambio de gobierno que los venezolanos estamos aupando desde la calle, vía revocatorio, y a través de todo nuestro malestar acumulado. El empobrecimiento intelectual debemos revertirlo junto a las rutinas indolentes. “Nuestra universidad gradúa gente, no forma personas”, así de categórico es Orlando Albornoz, experto en el tema universitario.
El modelo universitario chavista, impuesto a la bravo, apostó por una masificación desordenada y estéril, cuyos resultados han dejado mucho que desear, y que merecen ser evaluados y corregidos. A las universidades autónomas se les ha castigado porque se desprecia al talento que incordia al poder, cuando lo normal, es haberlas asumido como aliadas. Hay que volver a las pruebas de selección, a la aplicación del Reglamento de repitientes entre los estudiantes; a una evaluación integral y permanente del rendimiento profesoral como requisito indispensable para la permanencia.