Con su bebé en los brazos les hacía señas para que se detuvieran. Se estima que tenía seis meses robando de esta forma. Una comisión de la Policía regional la persiguió mientras huía, el pasado lunes en la tarde. Corrían por la calle tras dejar abandonado un vehículo
Los trayectos en taxis se tornaban peligrosos para el conductor que se arriesgara a embarcar a Otilia Serrano Ayala. Apenas le decía al chofer hacia dónde dirigirse, lo llevaba a una trampa al oeste de Maracaibo.
Con su bebé en los brazos les hacía señas para que se detuvieran. Una aparente “carrera” cotidiana terminaba en una emboscada. Su destino final era un lugar donde se encontraba una banda de robacarros, sometían al taxista y lo despojaban de su vehículo. Ella recibía un pago por cooperar con el grupo delictivo.
Una comisión de la Policía regional la persiguió mientras huía, el pasado lunes en la tarde. Corrían por la calle tras dejar abandonado un Mazda 626, gris, placa DAL49C.
Se estima que tenía seis meses robando de esta forma, según informó un funcionario.
Los choferes de las líneas de taxi de la ciudad ya advertían entre su gremio. “Hace un año tuvimos una reunión informal. Varios compañeros decidimos no montar a nadie en la calle. A veces uno toma pasajeros que no han llamado a la línea porque ve a una persona mayor o una mujer con un niño y ellos te conducen a que te roben”, expresó un taxista en condición de anonimato.
El último asalto de Otilia, colombiana sin documentación legal, avistó un taxi ayer en la tarde. Cuando iba en el trayecto, dos delincuentes lo interceptaron. Uno de ellos era su pareja, Jean José García García, y el otro era su compinche, Alberto Peña Colina. Ambos subieron al carro y obligaron al chofer a bajarse en la Circunvalación 3. Este corrió hasta el comando policial de Los Patrulleros y alertó sobre su robo.
Al verlos pasar por la vía, la Policía regional persiguió el carro y en una calle del barrio Rafael Hernández se bajaron y los dos hombres escaparon. A Otilia la apresaron con su bebé en los brazos.