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Se necesitaron tanquetas y unos 100 oficiales para liquidar a un delincuente que se escondía en uno de los edificios de la urbanización La Florida II, municipio Motatán de Trujillo. Desde su apartamento, el maleante, quien permanece sin identificar, asesinó a los detectives Ricardo José Olivar Cabrita (26) y Jean Carlos Morillo Quinto y al sargento primero Jean Carlos Morillo Quinto.
Cuatro horas se enfrentó el sospechoso contra los funcionarios. Los obligó a tumbar paredes para adentrarse a su escondite, desde donde les lanzaba granada y disparaba con armas de distintos calibres.
Los oficiales del CICPC, Guardia Nacional, Sebin y la Policía de Trujillo descargaron su ira contra los periodistas y reporteros gráficos de El Tiempo y Diario de Los Andes Trujillo, los despojaron de sus cámaras de fotografía y los amenazaron con golpearlos sino se alejaban de las inmediaciones de la urbanización.
A las 7.00 de la noche, Douglas Rico, director Nacional de la Policía científica, escribió en su cuenta en Twitter: “En estos momentos la Brigada de Acciones Especiales (BAE) neutralizó al sujeto que mantenía situación hostil en el estado Trujillo”.
Al delincuente lo vinculan con la banda del Colombiano. En los primeros minutos del tiroteo llamó a su mamá para que lo ayudara. La mujer buscó el apoyo de abogados, Ministerio Público e intentó negociar la entrega de su vástago, al final, cuando se acabaron sus municiones entraron los funcionarios, lo ultimaron y lo enviaron, sin identificación, a la morgue del hospital de Valera.