A Elita González (60) le dispararon en el pecho con un fusil y a su sobrino, Jesús González (30) en el abdomen. Cuatro desconocidos los mataron la tarde del miércoles en el patio de su ranchito, en el barrio San Sebastián de la parroquia San Isidro
A Elita González (60) le dispararon en el pecho con un fusil y a su sobrino, Jesús González (30) en el abdomen. Cuatro desconocidos los mataron la tarde del miércoles en el patio de su ranchito, en el barrio San Sebastián de la parroquia San Isidro.
Los delincuentes huyero como llegaron, en un Caprice verde. Elita murió en el sitio y su sobrino minutos después tras ingresar al Centro de Diagnóstico Integral Rafael Urdaneta. Las comisiones de la Policía científica tras recibir la novedad se trasladaron al lugar a colectar las evidencias, pero los familiares de las víctimas no se lo permitieron.
Los González recogieron la arena teñida de sangre y los casquillos percutidos que quedaron en el sitio. Ayer en la mañana los integrantes de la casta Jusayú, a la que pertenecían los ultimados, se reunieron en casa de latas para organizar el entierro de sus parientes en el patio.
Las mujeres de la familia vestidas con mantas roja contaron que Elita y Jesús estaban en la parte trasera de la vivienda cuando les dispararon. La sexagenaria cocinaba en leña y su sobrino estaba sentado a unos metros de ella haciéndole compañía.
“Cuatro sujetos jóvenes llegaron con “fusiles” mataron a Elita, luego a Jesús y casi matan también a un niño de siete años, quien al ver que lo apuntaron suplicó a los verdugos que no lo ejecutaran”, relató una allegada a la familia, quien prefirió no identificarse.
Trascendió que este asesinato es una venganza entre familias. Según los González ya la riña viene desde hace muchos años atrás por “líos de faldas”. Según explicaron una de las mujeres de la casta Jusuayú le quitó el marido a una de la casta Aapushana y de allí quedó la enemistad.