El
El padre de Ricardo José Soto Durán (18) aguantaba el llanto. Su bebé, como calificaba al menor de sus siete hijos, se ahogó en una playa de La Cañada de Urdaneta. Salió de pesca con su hermano mayor muy temprano y antes del mediodía lo saban muerto del agua.
El muchacho buscaba cangrejas y pescado para resolver la comida de la semana para su familia. El anzuelo se le atascó en una plataforma petrolera, saltó al agua sin saber nadar y se ahogó, recordó su progenitor, en las inmediaciones de la morgue.
A las 11.00 de la mañana le avisaron a la familia sobre el deceso. El hermano de Ricardo apenas podía contarlo, le juró a su papá que pidió ayuda, los pescadores lo auxiliaron rápido, pero cuando llegaron al fondo lo encontraron enredado y muerto.
Hasta hace un par de meses, Soto era el consentido de la casa, se enamoró y embarazó a su novia. Tuvo que dejar el bachillerato y trabajar cubrir los gastos del parto. Compró todo y ahora no verá nacer a su bebé.