Más de un mes sin agua tienen en La Victoria

Doscientas familias estu00e1n afectadas por falta de agua en La Victoria. (Foto: Maru00eda Fuenmayor)

La necesidad es inminente. Se exponen a comprar agua de dudosa procedencia, a enfermedades por no asearse bien, tener que mudarse de casa en casa para poder preparar comida o medio dormir

“Aquí estamos sobreviviendo, limpiamos los platos sucios con un pañito y nos bañamos con el agua del aire, es más probable que llenemos las pipas con agua de lluvia que de Hidrolago”, relató Francisco Barroso, habitante de la urbanización La Victoria. Su clamor por el líquido potable se repite en todos sus vecinos. Desde hace un mes por sus tuberías no baja ni una gota de agua. Recordó que la última vez que recibieron el servicio fue el 4 de diciembre.

La necesidad es inminente. Se exponen a comprar agua de dudosa procedencia, a enfermedades por no asearse bien, tener que mudarse de casa en casa para poder preparar comida o medio dormir. Estos padecimientos encabezan la lista de desgracias que pasan a diario las al menos 200 familias que viven en las adyacencias.

“Yo estoy más viejo de lo que ya estoy, estamos como Drácula, dormimos de día y estamos despiertos toda la bendita noche para ver si ya agarramos un poquito de agua, lo que tengo son dos pipas afuera a ver si Dios quiere y llueve para agarrar agua, bajamos los sanitarios con el agua de los aires acondicionados y hemos optado por hacer como en las ventas de comida rápida, que cogen un platico y lo limpian con un trapito, porque no hay agua, aquí nos vamos a morir de sed”.

Dispuestos a todo

Las denuncias van y vienen pero no hay respuestas. Los vecinos escribieron cartas a Hidrolago, pero sus quejas aún no llegan a manos diligentes. “Ya no hallamos de qué manera llevar cartas a la presidencia de Hidrolago y nada que nos solucionan, esto es inhumano”.

Los cisternas que se envía a la comunidad no son para todos. “Los camiones de Hidrolago que llegan a surtir el agua gratuitamente solo le echan agua a los funcionarios que trabajan en la Gobernación o en Hidrolago que viven en la parroquia, es el amiguismo, y a los pajuatos, que somos jubilados o padres de familias, no nos regalan ni una gota”.

“Qué espera Hidrolago, que el hastío por esta situación nos lleve a tomar la justicia por nuestras propias manos y quememos un camión de agua, porque estamos cansados del abuso, terminaremos enfrentados con los camioneros, con Hidrolago y le incendiemos un camión cisternas, porque esto es extralimitado”.

“Si queréis, agua paga; sino quedate seco”

Los que se llevan la “mejor” parte son los dueños de los camiones cisterna, quienes ya pasaron el nivel de especulación con el precio del líquido, vendiendo un cilindro de agua hasta en 20 mil bolívares y un tanque de cinco mil litros en ocho mil bolívares.

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