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Los vecinos de la avenida 11, en el sector Veritas, tienen cinco días sin electricidad, luego de que un transformador ubicado en la calle 83, explotara y dejara sin servicio a toda la cuadra. Los niños y ancianos enfermos son quienes sufren más por la situación.
Los afectados explicaron que el pasado lunes ocurrió el estallido que los dejó sin flujo eléctrico. Realizaron el primer reclamo a Corpoelec el pasado martes. Comentaron que los empleados de la empresa acudieron al lugar y revisaron el daño y dijeron que repararlo implicaría “un proceso”, pero no les dieron información concreta.
No hay soluciones
Los perjudicados fueron ayer a la sede de la empresa eléctrica, en el sector Amparo, para reiterar las denuncias hechas y presionar las respuestas a sus peticiones. Los atendió el personal de Enlace Comunitario, un programa intersectorial encargado de la salud comunitaria, quienes dijeron que por el momento solo debían procurar estar al día con los pagos del servicio las familias que estuvieran morosas.
Les informaron que no hay transformadores de ningún tipo para sustituir los dañados y que si las comunidades solicitan uno nuevo, los gastos deben correr por ellos. Uno pequeño cuesta tres millones de bolívares.
Henry Negretti, residente de Veritas, afirmó que no todos los vecinos tienen deudas con los pagos de la electricidad y que es una injusticia que perjudiquen a quienes sí están al día. Además, comenta que “no es responsabilidad de nosotros ir a todas las casas para estar pendientes de quiénes pagan o no”. Según él, es deber de Corpoelec hacer el mantenimiento pertinente de los equipos, para que no genere sobrecargas.
Sin luz, sin bienestar
Los vecinos informaron que en la cuadra habitan familias con niños pequeños y dos ancianos enfermos a quienes especialmente les perjudica con gravedad. Negretti expuso el caso de la enfermedad de su papá, Enrique Negretti, un señor de 69 años, quien está operado de una válvula cerebral, no camina por sí mismo y tiene la piel brotada por el calor que sufre a diario. “Una de estas noches por la falta de luz y por no ver bien, casi se cae de la cama. Él ya no tiene fuerzas. Un golpe de esa magnitud podría ser mortal para él en su condición”.
A dos casas de la familia Negretti vive una señora que actualmente sufre de cáncer. Su hija contó que se la llevó de la vivienda porque las escaras en su piel ya estaban infectadas.
Afirman que aunque traten de insistir en la problemática solo reciben tratos prepotentes por parte de los empleados públicos. “No conseguimos ningún tipo de solución. La verdad es que no harán nada”. Negretti informó que como medida más directa y efectiva insistirán las veces que sean necesarias e incluso planean protestar por sus derechos y cerrar su cuadra porque “algo hay que hacer”.