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Los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) están identificados. La semana pasada pidieron una “colaboración” a los 24 vendedores de carne de cochino que se ubican en la vía a los Bucares de Francisco Eugenio Bustamante.
La entrega se dio, de casi dos kilos por puesto. “Era una ayuda” para que celebraran el descanso de las jornadas. Pero el lunes a la 1.00 de la tarde llegaron seis uniformados, dos más que la vez anterior. El favor cambió a exigencia. “Un pernil, un animal por puesto porque era para el comando”, acusaron los carniceros que se negaron a entregar “obligados” la fuente de sustento. El rechazo causó enfrentamientos, tres detenidos e investigación en proceso.
Y es que el colaborar derivó en una “extorsión”, manifestaron ayer los carniceros afectados por las actuaciones de quienes deben resguardar el cuadrante 32 de la parroquia. “Querían un puerco por puesto. Se les abrieron las ‘agallas’. Serían 24 animales. Eso es la ruina, si cada uno pesa casi 25 kilos y son como 25 mil bolívares”, vociferaron entre cauchos quemados y reclamos por las “agresiones”.
Los pequeños comerciantes pidieron el anonimato para no entorpecer la investigación que se adelanta “porque hasta agredieron a un sargento y se lo llevaron detenido con su dinero” por mediar ante la irregularidad del procedimiento de la PNB. La Verdad acudió a la dirección regional de PNB. Se conoció que las autoridades estaban fuera del estado en un acto oficial. Ningún encargado del mando salió.
Desde la Sundde desconocieron un procedimiento bajo argumento de supuesta fiscalización de precios. Las autoridades policiales deben actuar en coordinación con la Superintendencia. Obligar a un comerciante a entregar la mercancía se acompaña de un acta administrativa. Acto que no está registrado en las instancias competentes, y que debe atenderse de acuerdo con el capítulo VII de la Ley de Precios Justos sobre la gestión administrativa sancionatoria.
Los carniceros relataron que no era por verificación de precios la intervención de la PNB. “Querían tener en Navidad un cochino cada uno. Era una extorsión”, gritaron en coro. Relataron que la trifulca se extendió casi tres horas. Pidieron refuerzos cuando vieron que la gente “se alzó” por la injusticia.
Cuando los policías llegaron a los primeros puestos el vendedor se negó a dar el cochino. Su esposa empezó a meter la carne en la casa. “Dos de ellos entraron y uno la agarró por el pelo”. Los gritos alertaron a los demás comerciantes y al “sargento del Ejército que estaba de civil y tiene un puesto de venta de carnes”. El militar se acercó a conciliar y alertar que “así no podían proceder, que no podían dar un pernil”.
La respuesta fue esposarlo. “Lo encapucharon” y con el machete de picar la carne le dieron “planazos por meterse”, lamentaron los carniceros. “Ahí nos metimos todos. Se llevaron al sargento y dos vendedores detenidos”.
Dos de los policías usaron los machetes para cortar sus uniformes y sustentar violencia en su contra. “Quién con un machete corta la ropa y no corta la piel. Lo hicieron para decir que los macheteamos. Ni el zorro hace eso”, manifestaron los comerciantes.
Familiares de los agredidos acudirán al Ministerio Público y Defensoría