Leidybeth Santos, tachirense de 22 años, oriunda de Coloncito, municipio Panamericano, suma más de tres meses detenida en el Centro de Detención de ICE en Stewart, Georgia, EE. UU., sin que se concrete su orden de deportación voluntaria, solicitada desde el 24 de junio.
La joven habría cruzado la peligrosa selva del Darién para poder llegar al país norteamericano, donde permanece desde hace más de dos años.
Familiares de Leidybeth manifiestan gran preocupación por el severo deterioro de su salud mental, que incluye un cuadro de depresión, al punto de dejar de comer y dormir.
En una entrevista para Univisión Atlanta, la joven de Coloncito confirma que suma tres meses y una semana, más de cien días, detenida en un centro de ICE, a pesar de manifestar querer regresar a su tierra natal, en Venezuela.
“Llevo tres meses y una semana ya, y me dieron orden de deportación. Yo les digo que me quiero ir, pero sigo acá, nada que me sacan. Yo solo quiero irme ya”, expresó Leidybeth recientemente.
En la entrevista, Pierluigi Mancini, experto en psicología, explicó que la prolongación de la detención en estas condiciones representa un riesgo significativo para su bienestar emocional.
“El estar detenido por tiempo prolongado se asocia a un aumento de depresión, de ansiedad, y aumenta la ideación suicida y autolesiones”, subrayó Mancini.
La pareja de Santos, Isaí Flores, también denunció castigos por parte de la institución, como la anulación de servicios de comisariato y la prohibición del uso de teléfono.
“Cuando habla conmigo, cuando habla con su mamá, nos dice que la depresión, que hay días que no come, que ha bajado mucho de peso, se la pasa llorando. Las castigan, no le dejan usar teléfono, incluso a ella por estar despierta le quitaron un mes el comisario, que es donde ella compra comida”, indicó Flores.
Una madre que suplica
A través un video compartido mediante la mensajería de Yo Reporto, Lizbeth Carolina Pérez, madre de Leidybeth, suplica a Inmigración que le otorgue la libertad a su hija o que agilice de manera inmediata su deportación voluntaria para que pueda reunirse con su familia en Venezuela.
“Le suplico para que le den la libertad a mi hija, porque ya no quiere comer, ya no quiere dormir, se a pasa llorando mucho, se la pasa deprimida”, comentó Pérez, cuyo clamor se centra en el sufrimiento de su hija y la necesidad urgente de que reciba apoyo fuera del centro de detención.
“Les ruego, les suplico de todo corazón, como madre, que me den la libertad a mi hija”, añadió. Además, implora a las autoridades de Migración de Estados Unidos que aceleren el proceso porque hay mucho sufrimiento y la salud mental de su hija es crítica.
Reiteró que desde el pasado 24 de junio tiene la solicitud de deportación voluntaria.
Fuente: Univisión Atlanta
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