El venezolano intentó quitarse la vida ingiriendo un raticida luego de perpetrar el crimen
El venezolano Jean Piero Castro Gouveia, de 38 años, ingresó a la vivienda de su pareja en la cuadra 5 de la calle México en Chiorillos, Perú, y con un cuchillo que tomó de la cocina, degolló a la mujer frente a sus hijos de ocho y un año de edad.
El hijo de ocho años de Andrea Mercedes Rivera Sánchez, intentó defenderla, y en medio de un mar de llanto se guindó de la pierna del agresor para evitar que la siga atacando. Al ver a su madre, ensangrentada, el pequeño salió de la vivienda y corrió a casa de sus abuelos.
El pequeño al llegar le dijo llorando “Papito, mamita, a mi mamá la han acuchillado”.
Víctor Roaldy, de 72 años, padrastro de la joven madre peruana corrió a ver lo que pasaba, y al ingresar a la casa hallaron a Andrea malherida. A su costado, y sentado sobre una silla, yacía inconsciente el asesino.
“Mis hijitos, mis hijitos, cuídamelos”, le dijo Andrea a su padrastro. La joven madre, aún con vida, fue llevada al Hospital Casimiro Ulloa, pero falleció horas más tarde.
El feminicida fue trasladado al mismo nosocomio donde le hicieron un lavado gástrico y luego fue detenido.
Amigos de la víctima contaron que la joven quería separarse de Jean Piero, pues este era muy agresivo y celoso. Incluso, este tipo de actitudes la habían llevado a ella a alejarse de sus seres queridos.
La pareja se había conocido meses atrás, cuando el venezolano llegó al negocio de piñatería que tenía la víctima en Chorrillos a buscar trabajo. La mujer, apenada por la situación económica que atravesaba el extranjero, decidió apoyarlo, hasta que después iniciaron una relación. Un mes antes del crimen, el individuo abandonó el puesto y trabajaba como taxista.