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La presencia de venezolanos deambulando por las calles y aceras de Pacaraima, al norte de Brasil, enciende las alarmas de las autoridades brasileñas.
Según publica el Correo del Caroní, la población venezolana, en su mayoría, se dedican a oficios informales como lavar vidrios a los vehículos, cargar bolsas de alimentos, pedir limosnas e incluso se involucran en hechos delictivos, pues muy pocos de los ciudadanos que migran logran conseguir un empleo estable.
“Es un problema que considero muy grave, ya que debido a la crisis política y económica de Venezuela muchas de estas personas están llegando al estado en busca de mejores condiciones de vida. Pero muchos viven en condiciones precarias en lonas improvisadas”, expresó el congresista Hiran Goncalvez (PP), apoyando las propuestas de las autoridades locales a declarar un estado de emergencia.
Una investigación realizada a finales de agosto por la coordinación estatal de Protección Civil arrojó que se identificaron 47 familias venezolanas, con un total de 177 personas, entre las cuales destacan, 62 niños y seis ancianos, reseña el medio del estado Bolívar.
El diario brasileño Floha señaló que los venezolanos convirtieron a Pacaraima, ubicada a 15 kilómetros de Santa Elena de Uairén, en una favela “Duermen en lugares públicos, bajo los árboles y patios. La comida la hacen sobre ladrillos en las aceras y en las calles (…) Los niños venezolanos están trabajando para ayudar a los padres a comprar alimentos. La mayoría trabaja como vendedor ambulante, pero muchos se encuentran en las aceras, cunetas y bancos, esperando a que los padres retornen”.
José Martí, cónsul adjunto de Venezuela en Boa Vista, explicó, durante una entrevista con el periódico venezolano mencionado, que en julio solicitaron los datos de ingresos al órgano migratorio para estudiar e informar a la Cancillería sobre el “flujo anormal”.