Venezuela, en la distancia

El 6-D brilla una luz de esperanza con las elecciones parlamentarias. Una gran decisión porque sabremos de qué estamos hechos y cuál será el camino elegido

La verdadera dimensión de la hecatombe que sucedió en Venezuela se percibe en toda su magnitud cuando lo miras a la distancia, desde la perspectiva de otro país, EEUU, por ejemplo. No es solo el problema de la gestión pública, de cómo se manejan los tiempos y la capacidad de respuesta a los problemas; es la oratoria y la responsabilidad de los servidores públicos con la comunidad que representan. La gente es celosa con su comunidad y no se hace de esperar para criticar y tomar acciones que obliguen a ese funcionario a responder a la exigencia o convertirse en portavoz de sus demandas.

Por supuesto, no es un mundo ideal, tienen problemas como en cualquier conglomerado humano y casos insólitos como las matanzas de personas por crisis personales o motivo religiosos, pero es el orden social, las reglas establecidas lo que se respeta y hace funcionar a la sociedad. Sería vano hablar de la producción, distribución y venta de los alimentos y demás mercancías y de cómo las empresas del ramo compiten fuertemente para atraer más consumidores, haciendo ofertas en productos de primera necesidad y el respeto por el cliente. 

La profusión de lugares de entretenimiento y recreación, museos, bibliotecas, cines, teatros, parques de deportes y de atracciones, entre otros, pagos en su mayoría, te dan un rato de esparcimiento para olvidarte de la cotidianidad y alimentar el espíritu, sabiendo que no habrá peligro al salir a la calle, sin importar la hora. Cuando miras esta realidad te das cuenta de lo que hemos perdido en el país y tu responsabilidad en el estado actual de cosas. No obstante, el 6-D brilla una luz de esperanza con las elecciones parlamentarias. Una gran decisión porque sabremos de qué estamos hechos y cuál será el camino elegido.

Es importante recalcar que al ganar las elecciones parlamentarias no se resolverán los problemas del país pero tendremos la oportunidad de empezar a descifrar algunos “cuellos de botella” que impiden resolverlos y devolver al pueblo venezolano la calidad del servidor público que se merece la población e iniciar un proceso de acercamiento con el oficialismo y los diferentes sectores de la sociedad, para analizar y discutir el camino de las reformas estructurales que debe hacerse y darle viabilidad el país que puede ser Venezuela, distinto al actual y al pasado pero guardando la esencia de la venezolanidad.

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