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El Gobierno de Venezuela lamentó hoy que el Gobierno de Donald Trump en EE.UU. continúe “la senda” de sus antecesores Barack Obama y George W. Bush y lo acusó de financiar una “insurgencia armada” para promover la violencia en la nación petrolera.
Venezuela “lamenta que sus nuevas autoridades sigan por la senda ya fracasada de la era Bush y Obama, al desatender el llamado del Gobierno venezolano para procurar relaciones diplomáticas de respeto e igualdad”, indicó en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano.
Repudió además “el sórdido y funesto plan de intervención y tutelaje dirigido por la Administración estadounidense, en conjunto con factores de poder en ese país”.
Acusa a Washington de dar “financiamiento y apoyo logístico” a grupos violentos en Venezuela, que “han facilitado una insurgencia armada, la cual tendrá como respuesta la aplicación de las leyes”.
El escrito es en respuesta a las declaraciones del encargado para Latinoamérica en el Departamento de Estado de EE.UU., Francisco Palmieri, quien afirmó que los venezolanos “están sufriendo por la represión autoritaria y la mala gestión económica de su Gobierno”.
El Gobierno de Nicolás Maduro rechazó “categóricamente” estas declaraciones, así como “la inaudita y sistemática pretensión del Gobierno estadounidense para intervenir Venezuela”.
El comunicado de la Cancillería sostiene que EE.UU. se ha valido de pronunciamientos, sanciones unilaterales extraterritoriales, financiación económica de organizaciones “con fines terroristas”, bloqueo financiero, amenazas de intervención militar, “para enmascarar un abierto proceso de intervención marcado por el injerencismo grosero y la violación del Derecho Internacional”.
La diplomacia venezolana asegura que solo durante los últimos cinco meses se han recibido 105 acciones y declaraciones “hostiles”, que “basados en falsos supuestos procuran torcer la realidad de Venezuela”.
En el escrito también se responsabiliza de la violencia de las últimas semanas en el marco de una ola de protestas antigubernamentales a “las decisiones hostiles e intervencionistas” adoptadas en la Organización de los Estados Americanos (OEA) con su decisión de discutir en su seno la situación del país petrolero sin el consentimiento del Gobierno.
Este intentó de la OEA de convocar a una reunión de cancilleres activó “a los factores más violentos y antidemocráticos tanto en Venezuela como en la región”, sostuvo.