Este tozudo Presidente es aún más irresponsable, al negarse a reconocer la crisis humanitaria en alimentación y declararla como tal para que pueda llegar a Venezuela la ayuda de los organismos internacionales
No es exageración el título de este artículo. Es la pura realidad de la ruina y catástrofe que agobia a los venezolanos a causa del hambre que azota a toda la nación. Este flagelo tiene un solo responsable en la persona del presidente de la República, Nicolás Maduro porque ha sido el artífice de las políticas económicas y financieras que llevaron a esta grave situación de hambruna.
Y es más irresponsable aún este tozudo Presidente al negarse a reconocer la crisis humanitaria en alimentación y declararla como tal para que pueda llegar a Venezuela la ayuda de los organismos internacionales.
Siempre he dicho que Nicolás Maduro no acepta la ayuda humanitaria porque al parecer le queda todavía un poquito de vergüenza política y le da pena que un país rico en petróleo, que nada sobre las reservas de crudo más grandes de todo el mundo, con riquezas en minería y en todos los órdenes de la naturaleza, que además recibió en los últimos 15 años cerca de dos billones de dólares por la venta del petróleo, tenga que recibir ayuda humanitaria.
Además, estaría reconociendo que su gobierno es fallido al no cumplir con las expectativas que se creó el pueblo venezolano ante sus propuestas de gobierno en campaña electoral.
Nicolás Maduro estaría incurso, entonces, en delitos de lesa humanidad por negarse a reconocer la crisis humanitaria, y tendría que responder por las muertes de miles de venezolanos por falta de alimentación porque la Constitución garantiza el derecho a la alimentación y a la vida.
Maduro tiene que saber que un venezolano cabeza de familia, con un hogar de cinco personas, su esposa y tres hijos, que gane salario mínimo más la cestaticket, no puede comer completo un solo día.
Tiene que estar informado que con un millón 300 mil bolívares que suman el salario mínimo y la cestaticket (tres dólares mensuales) una familia que tenga ese único ingreso no puede comerse un pollo de dos kilos, tiene un precio de un millón 500 mil bolívares.
Tiene que saber este Presidente incompetente e incapaz que 20 panes para un desayuno ya cuestan 600 mil bolívares y más, un kilo de queso flojo, que bota el agua y merma más de cien gramos, cuesta un millón 350 mil bolívares. Igual precio tiene un cartón de huevos.
El más reciente informe del Cendas, organismo económico que asesora a la Federación Venezolana de Maestros, ubica en 75 millones de bolívares el costo de la cesta básica familiar, lo que significa que un grupo familiar requiere de unos 68 salarios mínimos, con cestaticket incluida, para poder subsistir.