Acorralada por Washington, la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) busca eludir las sanciones impuestas sobre su mercado de hidrocarburos aumentando al doble el suministro de petróleo a la India, igualándolo con el de China, afirmó en una entrevista a EFE el ministro de Petróleo venezolano, Manuel Quevedo.
Las restricciones impuestas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sobre la industria petrolera de Venezuela, que provee al país caribeño más del 90 % de sus ingresos, presiona su relación con sus socios extranjeros y podrían costarle perdidas de, al menos, 20 mil millones de dólares.
Tras decidir suspender el envío de petróleo a Estados Unidos, Quevedo viajó a Nueva Delhi para concretar la venta de hidrocarburos “a los niveles que tenemos actualmente con China”, aseguró el ministro de Petróleo venezolano y presidente de PDVSA.
“Tenemos compromisos en la actualidad con la India de 366 mil barriles por día, nosotros queremos llevar esa meta, muy pronto, al menos al doble”, aseguró el funcionario, que ya comenzó a reunirse con autoridades y líderes de la industria asiática.
“Todo el petróleo que necesita India lo tiene Venezuela”, planteó el militar que dirige la cartera petrolera desde 2017, al tiempo que adelantó que todos los métodos de pago están sobre la mesa.
Esto convertiría a China, India y Rusia en los principales aliados comerciales de Venezuela, tres potencias que ya antes han sabido contener la presión norteamericana.
Las sanciones impuestas como una forma de empujar al presidente venezolano, Nicolás Maduro, a abandonar el poder, bloquean el acceso al sistema financiero norteamericano bajo el que operan buena parte de las industrias internacionales, entre ellas Citgo, su principal filial con base en Texas.
Además, ha puesto en jaque la logística de PDVSA.
Estados Unidos “ha estado dirigiendo todo el esfuerzo a bloquear los buques, para que los armadores, las agencias navieras, no trabajen con Venezuela”, dice el ministro.
Sin precisar en cifras, Quevedo confirmó el bloqueo de varios buques venezolanos en aguas internacionales, y el rechazo de los armadores a trasladar el crudo de su país.
“Quieren suspender las coberturas de seguros al que hable con Venezuela. Llaman a los armadores, a las compañías navieras, para que no puedan enviar productos a Venezuela o no los busquen”, explica.
Quevedo, que llamó la acción contra la petrolera como un “sicariato económico”, admite que esta presión inquieta también a sus socios internacionales.
En la India “hemos cerrado acuerdos, y algunos de ellos (socios) nos han pedido mantener reserva, están de acuerdo con nosotros, pero no queremos tampoco exponerlos porque ahí viene el sicariato, el chantaje económico y financiero”.
“Hay que recordarle al mundo que estamos bajo una persecución del gobierno de Donald Trump, una persecución obcecada para acabar con la revolución bolivariana”, añade.
El aumento de la producción es clave para el flujo de caja del país, que atraviesa uno de sus peores momentos económicos y una profunda escasez de alimentos y medicinas pese a tener unos de los yacimientos de petróleo más importantes, que reúnen el 25 % del total de reservas del mundo.
Unido al expolio de la industria producto de la corrupción, la caída de los precios del petróleo empujó a la estatal petrolera a un retroceso de su producción hasta sus niveles más bajos, por lo que abrirse a un nuevo mercado exigirá de una recuperación que hasta el momento no se ha logrado.
Quevedo, que dice que llegó a PDVSA en 2017 con los números “en caída libre” tras el fin de la gestión de dos exaliados del chavismo, se ha comprometido a aumentar la producción.
Actualmente “tenemos un promedio de 1,5 millones de barriles por día (mdbd), de ahí destinamos una cantidad al mercado interno, y exportamos con lo que corresponde a crudo y producto, una cantidad superior a 1,3 millones de barriles por día”, aseguró al tiempo que sostienen que el plan es aumentarlos a un millón más.
De acuerdo a los datos de la OPEP, Venezuela pasó de los 2,3 mdbd a los 1,19 entre el 2013 y el 2017.
Citgo, la filial estadounidense de propiedad venezolana, que refina buena parte el crudo de la nación sudamericana, y uno de los pocos que ofrece flujo de caja a Venezuela ha sido justamente la pieza que ha quedado en medio del juego de poder entre EEUU y el gobierno de Maduro.
Estados Unidos bloqueó los pagos que Venezuela recibe por el petróleo que envía a Citgo, para mantenerlo en una cuenta que destinará al opositor y presidente del Parlamento, Juan Guaidó, que hace unas semanas se autoproclamó presidente del país, explica Quevedo.
“Han pretendido colapsar a PDVSA (…) Lo primero que está haciendo el gobierno de Donald Trump es robarnos Citgo, es un robo descarado”, dijo.
Venezuela buscará poner fin al suministro de productos petroquímicos donde “todavía nosotros tenemos cierto grado de dependencia con el mercado norteamericano”.
“Nosotros vamos a tomar la medidas de diversificación, ya lo estamos haciendo”, concluyó.