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La selección nacional sub-20 cayó ayer 1 a 0 frente a Brasil en un polémico partido que culminó con fuerzas policiales dentro de la cancha, intento detener a jugadores y miembros del cuerpo técnico venezolano, quienes le fuero a reclamar al árbitro algunas decisiones que tomó durante el encuentro.
En lo que fue un partido disputado desde el arranque, ambos equipos generaron diversas ocasiones en los 90 minutos de partido, aunque los venezolanos dominaron ligeramente el encuentro.
Por parte de los criollos, Yeferson Soteldo y Yangel Herrera fueron los más peligrosos. Este último incluso pegó un balón en el poste en la segunda mitad, tras una buena jugada colectiva del combinado Vinotinto.
No obstante, Brasil se fue arriba en el marcador en el minuto 89’ en una jugada que quedó para la discusión. El delantero carioca Felipe Vizeu, logró ganarle un balón a Herrera, aparentemente con falta pero que el árbitro no pitó, para posteriormente sacar un zapatazo que se le colgó en el ángulo al guardameta venezolano Wuilker Faríñez.
Todo el conjunto venezolano reclamó la jugada, sin obtener resultado alguno. Sin embargo, esta no sería la jugada más polémica del partido pues, en tiempo agregado un futbolista venezolano agredió a Josua Mejías provocándole una hemorragia en la nariz, pero el juez no vio la acción y no amonestó al brasileño.
Al culminar el encuentro, varios jugadores venezolanos fueron a reclamar al árbitro sus decisiones y fue ahí cuando fue expulsado el lateral izquierdo Edwin Quero por hacer un gesto aplaudiendo, que al árbitro le molestó.
Ahora los pupilos de Dudamel se verán obligados a ganar su próximo partido ante Uruguay el próximo miércoles, si es que quieren mantener vivas sus esperanzas de ir a la Copa del Mundo de la categoría.