
Rafael
El norte de Maracaibo por años se consideró como una zona de privilegiados, de casas ostentosas y blindadas contra delincuentes. La historia cambió y los maleantes deambulan por sus desoladas calles. A Rafael Eduardo Reverol Villasmil (56), conocido como “Pipo”, lo mataron a puñaladas en el portón de la casa de su hermana. Los vecinos ni se percataron.
La avenida 13, entre calles 43 y 44 del sector Rosal Sur, se llenó de patrullas. Las sirenas despertaron la curiosidad de los residentes. En la casa 43-07 yacía Reverol sin vida. Lo apuñalaron y empujaron su cadáver hacia el pasto verde del jardín.
Ayer, a las 8.30 de la mañana, unos efectivos de la Policía regional patrullaban la zona, escucharon los gritos y se estacionaron frente a la quinta. Apenas se asomaron por el garaje detallaron la escena. Los lentes de montura, los dientes postizos, un charco de sangre, unas llaves de carro, cuatro cuchillos y una llave de tubo. Los parientes de la víctima les explicaron que Rafael es hermano de la dueña de la vivienda, no vivía allí pero tenía llaves de la casa.
Los Reverol contaron que cuando “Pipo” llegó, a ellos los sometían tres delincuentes. Desconocían por dónde ingresaron los atracadores, los despertaron, los amarraron y acostaron boca abajo en una cama.
Al dueño de la casa lo golpearían con una llave de tubo frente a sus dos hijos y a su esposa, pero otro maleante lo frenó: “No al viejo no le deís golpes, dejálo” dijo uno de los maleantes.
El trío salió de la habitación y recorrieron la vivienda en búsqueda del botín. Rafael sorprendió a los extraños y corrió hacia el frente de la casa. Intentaba saltar una jardinera cuando lo apuñalaron. Arrastraron su cuerpo hacia la grama. Se escucharon quejidos y luego reinó el silencio. La familia se soltó y al salir de la habitación se toparon con el cuerpo, comentó un oficial.
La sangre salpicó el portón blanco. Al lado del cuerpo dejaron dos cuchillos y una llave de plomería. Cerca de los pies del muerto dejaron dos más. Los delincuentes abrieron el portón y huyeron. En la calle dejaron las llaves del carro.
Investigación
A Rafael lo taparon con una manta a cuadros de colores. Su calzado derecho estaba en el piso sin sus respectivos cordones. Un hermano de la víctima llegó a la casa horas más tarde. Con cautela se acercó a al cuerpo, levantó la sábana, aguantó la respiración, arrugó el rostro, lo tapó y le acarició las piernas.
La Policía científica llegó a la casa y comenzó a recabar detalle a detalle. La ubicación de las armas blancas, las manchas de sangre, huellas en los cuchillos y en demás objetos de la vivienda ayudarán a identificar a los responsables del robo que terminó en homicidio. Al parecer los asaltantes iban a robar una romba de agua, pero entraron a la casa por más objetos.
Denuncia
En el lugar paraban cercanos que iban en carros o llegaban caminando. Nelson Portillo, vecino de la víctima, denunció que la mañana del pasado jueves se enfrentó a un ladrón a las 8.00 de la mañana.
“Cuando salí de casa lo vi robando unas lámparas”. Explicó que la calle 44 la cerraron con un portón y que el delincuente se saltaba por la cerca de una casa. Cuando lo vio buscó un tubo y lo golpeó. Forcejearon por un rato y cuando se le cayó el cuchillo el maleante salió corriendo.
Portillo se montó en su carro, llamó a vecinos y salieron a buscarlo. A dos cuadras lo agarraron, lo apresaron y pidieron ayuda a policías por el servicio de emergencias VEN 911 pero no llegaron. “Nos decían que estaban atendiendo un choque”, los funcionarios les dijeron que lo dejaran ahí que luego lo pasaban buscando.
A la comunidad no le quedó más que dejarlo en libertad. Pero temen que este sea el mismo que asesinó a “Pipo”.