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Se dispusieron a hacer historia y lo consiguieron de la manera más contundente, humillando a uno de los equipos más laureados de la NBA. Con su victoria del pasado martes 111-77 sobre los Lakers de Los Ángeles, los Warriors de Golden State batieron el mejor arranque de temporada de la NBA al conseguir su triunfo número 16.
Liderados por el base Stephen Curry, quien anotó 24 puntos, superó la marca de 15 victorias que habían establecido los Capitols de Washington (1948-1949) y los Rockets de Houston (1993-1994). Los Warriors, actuales campeones de la NBA, ahora apuntan al récord de 33 triunfos consecutivos que establecieron los Lakers en 1972. “Han habido muchos chicos que han jugado en la liga. Y nadie había logrado lo que este equipo logró esta noche. Tenemos que estar orgullosos de lo que hicimos y de este tipo de momentos”, comentó el estelar Curry a los medios tras concluir el juego en el Oracle Arena.
Triunfos incuestionables
De esos 16 triunfos de los Warriors, 10 fueron ante equipos que jugaron playoffs, y 12 contra rivales de la Conferencia del Oeste, considerada la más fuerte de la liga. Es decir, ni un pero, ni una nota a pie de página. Sumados los últimos cuatro partidos de la última ronda regular, son 20 consecutivos desde el 7 de abril. En su cubil del Oracle no son derrotados desde que les ganó Chicago el 27 de enero: 26 victorias desde entonces.
“Estos jugadores aman jugar los unos con los otros y tienen -la mayoría de las veces- la voluntad de hacer las jugadas menos egoístas. Es algo que es muy especial para mí y ese es el porqué de que somos lo que somos, porque somos tan buenos y porque podemos ganar a un ritmo tan alto”, declaró Luke Walton, coach interino de los Warriors.
On fire y por más
El segundo título consecutivo, el inicio de una dinastía, se barajará a partir de abril. Por ahora aparecen a la vista otros dos récords casi intocables que dejarían en aperitivo este ya inolvidable 16-0. Por un lado, las 33 victorias seguidas de los Lakers en la temporada 71-72. En la escalada tendrían que superar también las 18 seguidas que enlazaron los Bulls de la temporada 1995-96. Los del mítico récord de 72-10. Los de Jordan, Pippen, Rodman y el coach Phil Jackson. La marca que creíamos inalcanzable y que habíamos convertido en los últimos 20 años en una metáfora de la perfección, el baremo de todos los buenos equipos que en todo caso no iban a ser tan buenos.
Estos Warriors, pase lo que pase, son seguramente los que más nos han hecho dudar desde entonces. Y echar cuentas. Y mirar el calendario. En sus primeros 16 partidos, aquellos Bulls estaban 14-2. Su diferencia de puntos era de +132 por el +250 de los actuales Warriors. Su media de anotación, 103,3 contra el 114,2 del actual campeón. No hay mucho más que decir. Desde luego, este año sí, hay un debate razonable. Veremos hasta cuándo: los Bulls llegaron a fin de año en 25-3. Y ahora los Warriors, otro dato increíble, son favoritos según la probabilística casi científica de ESPN en los 66 partidos que les quedan por jugar excepto en dos: sus dos visitas a San Antonio. La primera, además, el 19 de marzo.