¿Y después del caos?

La irracionalidad se ha instalado en la sociedad, con una violencia propia de una economía de guerra y amparada en un país en el que la ilegalidad es la regla

Llegó el día en el que finalmente años de distorsiones económicas no han podido seguir siendo escondidas detrás de los altos precios del petróleo. La irracionalidad se ha instalado en la sociedad, con una violencia propia de una economía de guerra y amparada en un país en el que la ilegalidad es la regla. El caos está a la vuelta de la esquina, ojalá se esté aún a tiempo de evitar los costos y traumas de los que otros países aún no se recuperan.

Es triste, pero realista, que tanta retórica política termine estrechamente amarrada a los vaivenes del petróleo, símbolo de una economía nada humanista y por el contrario muy capitalista. Aunque con sus méritos y cuotas de responsabilidad, no han sido líderes (o aspirantes a serlo), ni grandes ideales, ni mucho menos la visión de una elite, las que han logrado poner en jaque a un Gobierno que supo hacer la lectura política correcta de los tiempos que le tocaron, pero no supo gobernar y así se convirtió en su propio enemigo.

No importa si técnicamente el país ya se encuentra sumido en la hiperinflación, también importa poco lo que vaya a ocurrir el 6-D, y claramente la lucha en el plano de las ideas ya quedó relegada a una retórica que nadie compra. Cuando un avión se encuentra en picada es poco lo que muchos de los instrumentos de vuelo pueden ya hacer; lo mismo ocurre con la democracia y su sistema económico, ante una situación de colapso se requiere de instrumentos especiales y mucha experiencia para lograr evitar lo que parece inevitable.

Mejor explicar antes de generar suspicacias. Si es o no hiperinflación no importa, lo concreto es que la carrera desbocada de los precios ya se instaló en el sistema económico y si no ha llegado aún, pronto lo hará, hasta que no se tomen las medidas (nada populares) que se requieren. Finalmente, las ideas aunque parecieran una excentricidad en momentos de colapso han sido las grandes responsables de darle forma a los períodos posteriores, ojalá en este caso la modernidad desplace la ya agotada gesta independentista que hoy todavía nos acompaña (aunque nada parece indicar que eso ocurra).

¿Cuáles son entonces esos instrumentos especiales? Fácil de mencionar, aunque difícil de hacer. Acuerdo de elites para la gobernabilidad; medidas de ajuste, con sus respectivas políticas sociales para atender a la población más vulnerable; promover un sector empresarial realmente productivo (si es orientado a la exportación mejor); y sobre todo, paciencia. 

Visited 1 times, 1 visit(s) today