Juan
Su trabajo parlamentario lo dedica a cambiar un sistema político centralizado por uno descentralizado. Un carácter que debe tener el Estado venezolano desde 1999, con la nueva Constiutución, pero que la revolución mantiene en mora.
Juan Pablo Guanipa, diputado de la Asamblea Nacional, promueve la aprobación de la ley orgánica de Hacienda Pública Estadal, aprobada en primera discusión por el Parlamento. Se trata de una norma que debió ser aprobada desde hace 16 años por mandato de la Carta Magna, que fue aprobada por la AN cuando Nicolás Maduro era presidente del Parlamento, y que fue engavetada tras recibir unas observaciones por parte del hoy fallecido Hugo Chávez, entonces Presidente de la República.
El objetivo de la ley es transferir recursos y competencia a los estados, municipios y comunidades organizadas. “El desarrollo del país se logra a través del desarrollo de las regiones”, sostiene Guanipa, coordinador regional de Primero Justicia, en una entrevista con La Verdad.
Está conciente de que la ley no prosperará mientras Maduro gobierne el país. “Pero estoy convencido de que este año vamos a celebrar un referendo revocatorio, vamos a sacar a Maduro, vamos a elegir un nuevo presidente. Y no basta con cambiar el Gobierno, tenemos que lograr cambiar el sistema político venezolano”.
Cita como ejemplo la ley que otorga cestatiques a jubilados y pensionados, que no fue declarada inconstitucional por el TSJ y que luego el Ejecutivo se excusó en que no hay recursos. “Nosotros hicimos el impacto económico que tendrá la ley y dijimos cuáles pueden se los orígenes de los recursos: Basta con dejar de darle un mes de petróleo a Cuba para pagar todo el año esa bonificación”
Sostiene que el Gobierno no quiere que “nada que salga” de la AN tenga vigencia, “porque ellos no son demócratas”.
– La AN trabaja a favor de una ley de descentralización, mientras el Gobierno centraliza la distribución de los alimentos a través de los CLAP.
– Los CLAP lo que hacen es distribuir la escasez. Venezuela tiene un problema de escasez generado por el Gobierno, que ahora quiere resolverlo quitándole los productos a las empresas privadas, que a duras penas produce, para distribuirlas de manera clientelar, política y demagógica en los barrios. Lo que van a generar es más molestia. El país está en una situación totalmente volátil, y cuando esto es así lo ideal es que recurramos al pueblo. Pero, el Gobierno, que ha hecho todas las elecciones del mundo, ya no quiere hacer más elecciones porque perdieron el apoyo popular.
– Asegura que hay una situación volátil, ¿el diálogo no es una opción?
– En la medida en que no afecte el referendo revocatorio. Si el diálogo es para facilitarlo es una opción, pero si es para echarle tierrita al revocatorio nunca, jamás, ni de vaina. Todos conocemos al Gobierno. Ellos lo que quieren es ir al diálogo para marearnos a todos en una conversación interminable, y no hacer el referendo revocatorio. No tiene sentido un diálogo si no buscamos una solución electoral al problema que el país tiene. Aquí lo que se trata es salvar al país.
– ¿Tienen claro los partidos políticos de oposición qué rol asumirán ante una situación inminente de cambio de Gobierno?
– Muchas cosas están por ser conversadas en la Unidad. Creo que las costuras (en la MUD) se ven porque la gente habla y dice lo que piensa. Yo, por ejemplo, puedo pedir más activación para el referendo revocatorio, porque el pueblo asumió la propuesta como suya. 85 por ciento de los venezolanos quiere revocatorio.
– ¿Los partidos de oposición se preparan para las posiciónes que asumirán ante un cambio de Gobierno?
– En este momento, nuestro objetivo es el referendo revocatorio. Es muy difícil ahorita discutir quién puede ser el candidato presidencial cuando se revoque a Maduro, es muy dificil que lo discutas antes y que lo resuelvas por la vía de primarias, porque tendrán 30 días para ir a la elección. Aquí tiene que privar la sensatez, puedes usar el mecanismo de encuesta; pero también hay que tomar en cuenta que, para que este país pueda transitar por un cambio, tenemos que ser factores del cambio y no de la perturbación del cambio.
– ¿Qué tan cerca está el país de un cambio de Gobierno?
– Yo creo que muy cerca, yo creo que este año. La circunstancias nos están acompañando. Hay una comunidad internacional consustanciada con lo que pasa en Venezuela. La OEA reconoce que hay una crisis. La comunidad internacional ayuda a través de la presión para buscar la solución, que es la vía electoral.
– ¿Puede ser violenta?
– No creo en la salida violenta. Pero, sí creo que algún estallido social, insurreción, ambos inadecuados pero posible, tendrían que insistir en que se realice el referendo revocatorio. El Gobierno no quiere entender, porque sabe que perdió al pueblo, que la solución es electoral. La presión en la calle es válida, democrática. La rectoras del CNE son las responsable, porque por encima de la orden que reciban de Nicolás Maduro o de Jorge Rpdríguez, está su dignidad, que la pierden, como lo pierden también los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.
– ¿Cuál es el riesgo si no hay referendo?
– Que el país explote, y eso no lo quiere nadie.
– ¿A quiénes en el Gobierno les cuesta entender que la salida es electoral?
– A Maduro, a Diosdado (Cabello), a los que han permitido la corrupción, a los que piensan que el poder es para vanagloriarse, que el poder son cobres, privilegios. Ellos no se ven fuera del poder porque saben que pueden ser juzgados, y creo que deben ser juzgados; saben que sus recursos pueder ser confiscados, y creo que deben ser confiscados.
– ¿Los ven fuera del país si hay un cambio de Gobierno?
– Algunos decidirán huir del país. Hay un chavismo al que tenemos que garantizarle su permanencia y participación política. Eso es democrático.