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Su carrera apenas empieza y ya Yulimar Rojas, principal carta de Venezuela en los Juegos Olímpicos de Río-2016, se atreve a lanzar un desafío a la reina del salto triple, la colombiana Caterine Ibargüen.
“Vamos a tener una gran lucha Colombia-Venezuela”, advierte Rojas, quien empezó a hacer triple salto hace apenas dos años en una improvisada fosa construida bajo una mata de ponsigué, un fruto tropical.
Desde la sombra de aquel árbol brincó a ganar oro en el Campeonato Mundial de Atletismo bajo techo en mayo en Portland (EEUU), con marca de 14,41 metros, y a un registro de 15,02 en junio en Madrid (España), a dos centímetros del mejor del año, conseguido por Ibargüen.
Rojas, de 20 años, considera a Ibargüen, de 31, “una inspiración para todas las mujeres” y espera emular sus triunfos.
“Veremos un buen duelo entre Yulimar y Caterine, las dos nacidas en hogares muy humildes, las dos entre las grandes del salto triple y las dos con el objetivo de ganar medallas olímpicas”, declaró Marcos Oviedo, vicepresidente de la Federación Venezolana de Atletismo.
Esperanza Vinotinto
Rojas, una morena de 1,92 metros, nació en Caracas, pero creció en una barriada popular en la ciudad de Puerto La Cruz. Su primer entrenador, Jesús Velásquez, afirma que el talento de Yulimar es inmenso y espera que llegue a su tope en los Juegos Olímpicos de 2020.
La joven trabaja ahora bajo la dirección de Iván Pedroso, mito del atletismo cubano. “Los Juegos Olímpicos van a tener una gran relevancia para mí, porque son los primeros y voy a llegar como campeona del mundo”, dijo Rojas. Oviedo aprovecha para recordar, como cábala, que la primera medalla olímpica de Venezuela fue lograda en salto triple por Asnoldo Devonish en Helsinki-1952 (bronce).