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El expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero dijo ayer que espera poder conversar en persona con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, sobre “España y Venezuela”, en el marco de su trabajo de acompañamiento a las legislativas del país que se realizarán el domingo.
“Lo que quiero decirle al presidente Maduro sobre España y sobre Venezuela se lo voy a decir a él y, si tengo la oportunidad, que espero tenerla, se lo diré, porque creo que hay que ser coherentes, y si uno dice que el diálogo en Venezuela se ha hecho esencial, el diálogo tiene que ser personalmente”, señaló Rodríguez Zapatero a los periodistas.
El político español realizó estas declaraciones durante la instalación del programa de acompañamiento internacional electoral en el que estuvieron presentes las autoridades del Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE), miembros de la misión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y otros invitados a observar los comicios.
Rodríguez Zapatero reiteró que espera hablar con Maduro, explicó que aún no tiene confirmación de que ese encuentro se pueda dar, pero recalcó que tiene “interés de hablar con él”.
Indicó, además, que cuando el diálogo se produce “a través de los medios de comunicación”, lo que se hace es “distanciar”.
Sobre el tema electoral, Rodríguez Zapatero aclaró que la representación de acompañantes internacionales debe presentar un informe con las valoraciones que se hagan del proceso electoral al día siguiente de los comicios y no antes.
Señaló que como expresidente del gobierno de España siempre ha querido tener las mejores relaciones con el pueblo de Venezuela y por tanto su forma de acercarse a este proceso electoral será “con humildad” pues cree que en democracia no se deben dar “lecciones”.
Junto al expresidente de Panamá Martín Torrijos y el senador colombiano Horacio Serpa, Rodríguez Zapatero ha sido invitado por el CNE para participar como acompañante electoral de estos comicios.
En el acto de instalación, Lucena destacó que el acompañamiento extranjero contrasta con las antiguas misiones de observación, porque a su juicio, no tienen pretensiones injerencistas “ni ejercen fórmulas para violar la soberanía del pueblo” mediante el condicionamiento de la integridad de los comicios “por la vía de informes y opiniones políticas”.