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El Zulia FC salió de una racha negativa el domingo pasado al vencer al Portuguesa FC (2-1), pero no todo fue alegría. Ese día hubo varios incidentes: el primero fue un altercado entre las barras de ambos clubes, pero no pasó a mayores; el segundo, al final del partido, cuando la fanaticada en la tribuna general lanzó hielos y objetos contundentes al árbitro principal, Marcos Suárez, por estar descontenta con su labor.
El réferi dejó de pitar muchas faltas que parecían claras para los locales, pero lo más importante fue que le cedió un penal a los rojinegros y además, Suárez le negó a los dirigidos por Juan Tolisano una pena máxima que parecía obvia: en un contraataque, el portero del pentacampeón, David González, había derribado a Manuel Arteaga en el área después de que este se lo llevara con una finta.
Ayer la Federación Venezolana de Fútbol sancionó al conjunto petrolero con un juego a puerta cerrada y Bs. nueve mil 900 de multa por permitir la agresión al árbitro. El próximo compromiso como local para el "Buque" será el 4 de noviembre ante la revelación del torneo, Aragua FC, que marcha tercero en el Torneo Adecuación y solo perdió dos de ocho encuentros de visitante.
La penalidad es un duro golpe para la escuadra, que aspira a clasificarse al octogonal final y no podrá contar con el apoyo de la afición en su penúltima cita en su casa en la fase regular de la competencia. Probablemente la institución apelará la sanción para intentar contar con su gente en el "Pachencho" Romero la semana entrante.