Nuestro Zulia se ha desarrollado con una dinámica distinta al del resto del territorio venezolano, cuando el proceso liberador, independentista tenía movimientos por toda la geografía nacional, el maracaibero llano se desenvolvía con una dinámica propia
Mucho se ha hablado de la zulianidad, del zulianismo y de la zulianía. Hace pocos días escuché el discurso de orden correspondiente a la celebración que el Poder Ejecutivo del estado Zulia realizó en nuestro muy querido y emblemático Teatro Baralt de la ciudad de Maracaibo, y debo confesar que al salir de aquel evento sentí una inmensa preocupación e inquietud por la manera cómo hemos manejado nuestro regionalismo según el punto de vista de cada quien, a espaldas de unos antecedentes que nos han marcado con la impronta de un regionalismo genuino que nos hace diferentes con el resto de la población nacional.
Nuestro regionalismo se cierne sobre hechos que gran parte de los zulianos no hemos tratado con rigurosidad y ello deviene de la crisis de la monarquía española consecutiva a las invasiones napoleónicas de 1808, lo que provoca en Venezuela una ola de lealismo para la salvaguardia de los derechos del monarca. Se manifiesta en primer lugar por la Constitución de juntas de Gobierno. Sin embargo, Caracas constituyéndose en epicentro del movimiento, debido a su estatuto de capital de la Capitanía, ciertas ciudades se rehúsan en prestarle su obediencia, y una de esas ciudades es Maracaibo.
Ese sentimiento autóctono es lo que celebramos cada 28 de enero. Empero, qué es lo que celebramos en sí, porque para algunos lo que es motivo de celebración es prácticamente motivo de repudio. Es de recordar que en 1821 el Ayuntamiento de la Provincia de Maracaibo asume tal y como lo refiere el doctor Jorge Sánchez Meleán, su primera decisión política dirigida a independizarse del gobierno español en el entendido que nuestros antecesores no se sumaron a las gestas libertarias anteriores a dicha decisión, no participamos en el proceso independentista de 1810 ni suscribimos el Acta de Independencia de 1811, no estábamos sumados al proceso emancipador que había invadido a la Capitanía General de Venezuela, éramos distintos y aún lo somos.
Nuestro Zulia se ha desarrollado con una dinámica distinta al del resto del territorio venezolano, cuando el proceso liberador, independentista tenía movimientos por toda la geografía nacional, el maracaibero llano se desenvolvía con una dinámica propia, teníamos desarrollados nuestros cultivos, poseíamos un comercio creciente, nuestra tradición de cultura estaba en auge y la realidad geográfica nos desconectaba de los acontecimientos en tierras cercanas.
El Zulia de hoy no se aleja mucho del Zulia de ayer. Fuimos faro en la conducción de la República y hemos sido orientadores de la política nacional durante mucho tiempo, estamos hechos de esa estirpe, somos hijos de hombres y mujeres que le dieron a esta tierra una personalidad disímil y poderosa. Tenemos cómo hacer de este territorio lo que en el pasado fue tierra de hombres y mujeres libres y valientes.