Dirigentes
Un grupo de ciudadanos de la región marcharon este viernes hasta la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) en el Zulia para pedir por la liberación de los presos políticos y el respeto a sus derechos humanos.
Según la reciente publicación oficial del Foro Penal Venezolano la cifra de detenidos en protestas totaliza mil 584 arrestos, de los cuales 715 personas se mantienen tras las rejas. A 434 se les otorgó libertad bajo fianza y aún 213 no han sido presentadas en tribunales, 78 están privados de libertad por orden judicial y 56 son presos políticos, lo que significa que cantidad de personas en este grupo asciende a los 173 en todo el país.
Actualmente, en la sede del SEBIN Zulia se encuentran detenidos Larry Linares desde mayo de 2015, Manuel Sarabia detenido hace nueve meses, Cesar Vargas desde enero de este año, Carlos Palma desde octubre de 2016 y Orlando Roa, quien ya cumple un año detenido.
Cecilia Leonardi, miembro de la directiva regional de Primero Justicia Zulia afirmó que la situación es crítica, debido a que se ha alcanzado una cifra de detenciones histórica en Venezuela. “Se siguen violando los derechos humanos en Venezuela, por eso tienen montado un teatro con la presión de la OEA, porque ya este Gobierno no puede sostenerse. Los ojos del mundo están puestos en Venezuela, porque ya no pueden ocultar lo que ocurre. ¿Cómo es posible que en menos de un mes de protestas haya más de mil 500 personas detenidas sólo por ejercer su derecho constitucional a la manifestación? Exigimos que sus derechos sean respetados, a los morochos Sánchez siguen torturándolos, al igual que a muchos otros en el país. Hay casos que ya tienen boleta de excarcelación y no han sido liberados sólo porque no les da la gana de cumplir con el debido proceso”.
La dirigente informó que las acciones de calle se mantendrán hasta que se cumplan las condiciones exigidas por la Mesa de la Unidad y que la lucha continuará por “la libertad de los inocentes que hoy están tras las rejas”.
Reprochó que “mientras la delincuencia azota a los ciudadanos, mientras en la calle matan a inocentes por robarles un teléfono o un carro, los cuerpos de seguridad están dedicados a la persecución política, a reprimir, detener y torturar a jóvenes y dirigentes que sólo quieren un país mejor, de oportunidades y progreso”.