A estas alturas, tras casi 20 años en el poder, el chavismo en su evolución al madurismo no tiene nada qué ocultar, ha sido el mismo populismo bucólico que en su primera etapa de boom petrolero con Chávez radicalizó los tradicionales males del país, pero pudo financiar sus costosos fracasos. En su segunda etapa madurista, post boom petrolero, las heridas dejadas por Chávez comenzaron a sangrar, siendo la violencia lato sensu el único mecanismo de control que tiene el bien denominado Socialismo del Siglo XXI, antología del fracaso de los socialismos comunistoides del pasado
El 2018 es vital, sí el gobierno, tras evadir grotescamente el revocatorio en 2016, instalar una supuesta constituyente sobre el rechazo, sangre y todo tipo de acusaciones de inconstitucionalidad e ilegitimidad en 2017, tras consumar elecciones regionales y municipales con todo tipo de vicios y abusos a favor del Psuv, logra estabilizarse logrando el reconocimiento de la ANC podría levantar las sanciones de las que ha sido objeto, sencillamente su estadía en el poder será por mucho más tiempo.
Sí por el contrario, la oposición de partidos logra comprender la debilitada situación del gobierno, asume su rol con coraje, se da cuenta que el régimen no tiene absolutamente nada qué ofrecer, pues todo cuanto tiene es por vía de la inconstitucionalidad, de la violencia institucionalizada, los días del régimen están contados.
Lamentablemente, el único ingrediente que parece faltar para que un proceso político de negociación pueda brindar frutos a la patria es comenzar hablar de una amnistía general que ofrezca garantía a los responsables de este oscurantismo, pues el temor certero a pagar sus culpas es lo que los aferra esquizofrénicamente al poder, valga decir, esquizofrénicamente. Lo hemos dicho, no compartimos una amnistía, nos parece desde todo punto de vista inmoral, no por ello descartamos su factibilidad.
Más determinante aún es el factor social, las protestas día a día se acrecientan, solo que hoy la protagonizan simpatizantes del gobierno ante el advertido colapso del populismo rentista que antes los anestesiaba, comenzaron salir a las calles a protestar, el cada vez más aprisa empeoramiento de la calidad de vida los obliga, consecuencia exclusiva de un modelo económico absurdo, impuesto por gobernantes que prefirieron apoyar empresarios y trabajadores de otras naciones para cloroformizar la comunidad internacional ante los cada vez más descarados atropellos a la constitucionalidad, a la democracia, a los derechos humanos por parte del Socialismo del Siglo XXI.
En conclusión; Sí el régimen logra el reconocimiento de la ANC asegurará su sostenimiento en el poder así pierda las presidenciales, pues un presidente opositor o independiente con la ANC en funciones y validada es tan inútil como la misma Constitución. Asistidos por la razón, sí la oposición de partidos, la comunidad internacional y los venezolanos de a pie mantenemos nuestra presión tendremos pronto un nuevo país. @leandrotango